Fermín Bocos – Esta vez no escampará


MADRID, 22 (OTR/PRESS)

España sigue siendo diferente. Es el único país de la Unión Europea en el que un escándalo como el que se desprende de las revelaciones en sede judicial del ex tesorero del PP acerca de la financiación ilegal de éste partido, no apareja las normales consecuencias políticas: explicación de los hechos, presentación de disculpas y dimisión de los responsables.

Siendo la fuente de todas las noticias conocidas quien durante veinte años fue gerente y después tesorero, lo cierto es que el pobre argumento esgrimido por algunos dirigentes populares -dicen ser víctimas de una «conspiración»-, se cae por su propio peso. Los hechos son tenaces: Luis Bárcenas, que también ha sido senador, ha formado parte de la dirección del PP como tesorero nombrado por Mariano Rajoy. No es un invento. Ni sus multimillonarias cuentas en Suiza y otros países. Nadie en sus cabales se traga que los millones atesorados proceden de negocios limpios. Es tarea de los fiscales del caso y del juez Pablo Ruz, que es quien instruye el sumario, investigar el origen de los fondos, pero a la vista está que lo declarado ya por Bárcenas vinculando parte de esos dineros a donaciones de empresarios y constructores, encaja como un guante en la conocida dialéctica del «do ut des», donaciones a cambio de concesiones de obra pública.

Así las cosas lo sorprendente es que el ciudadano Mariano Rajoy haya llegado a pensar que esquivando a los periodistas y negándose a comparecer en el Parlamento se va a librar de dar explicaciones sobre éste asunto visto que su hasta hace poco amigo y hombre de confianza, Luis Bárcenas, dice lo que todos hemos leído que dice en relación con el reparto de sobres llenos de dinero. Tienen que hablar Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja, Rodrigo Rato y Francisco Alvarez Cascos -señalados también por el tesorero-, pero antes que nadie, quien tiene que dar un explicación convincente es Mariano Rajoy. Es inaplazable, porque han aparecido nuevos e infamantes datos acerca de la presunta financiación del partido que preside. Refugiarse en el silencio creyendo que las vacaciones del personal y la tarea de intoxicación informativa que realizan algunos medios de comunicación afines (patéticos en su afán de desviar la atención sobre las revelaciones de Bárcenas), hará que se vaya olvidando el asunto, es vana esperanza. Esta vez no escampará.

Primero, porque la instrucción del caso sigue adelante y algunos de los señalados por Bárcenas pueden ser llamadas a declarar por el juez; segundo porque dentro del propio PP, hay miles de afiliados honrados que es seguro que se avergüenzan de lo que está pasando y también se merecen una explicación. O la dimisión de quienes se han aprovechado de ellos al tiempo que engañaban a todos. Ya digo, esta vez no escampará.

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