MADRID, 11 (OTR/PRESS)
Cuando el juez te llama como testigo, tienes que decir la verdad. No es como si fueses inculpado, o siquiera imputado. Así que tanto María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, como Javier Arenas, ex secretario general y hoy vicesecretario general, o Francisco Alvarez Cascos, también ex secretario general y hoy presidente de Foro Asturias, habrán de contestar con veracidad a lo que el juez Pablo Ruz les pregunte. Eso ocurrirá esta semana, y ya nada va a importar más que eso; ni Gibraltar, pese a que los barcos de la Royal Navy zarpan este lunes, ni las cosas del FMI y/o de Olli Rehn, que tan controvertidas recetas despachan para los trabajadores españoles. Una comparecencia ante el juez azuzada por las continuas «revelaciones» que Luis Bárcenas hace desde la cárcel de Soto del Real, cada día más comprometedoras para la «verdad oficial» de Génova.
Estas revelaciones «por capítulos» que constituyen la ya larga vendetta del ex tesorero puede que no tengan ya cabida en los interrogatorios de Ruz. Pero sin duda están lastrando la instrucción judicial. El clima mediático tiene no poca importancia cuando los tres comparecientes acudan a declarar, ya digo que con obligación de decir verdad, como testigos que son. Y no estoy seguro de que, a la luz del medio ambiente que se respira, sea demasiado bueno para la señora Cospedal, ajena a lo que sucedió en el pasado en el partido del que hoy es secretaria general, acudir al Juzgado en compañía de Arenas y de Cascos, que sí tuvieron responsabilidades en la época de sobresueldos y desmanes de los tesoreros del PP, en general, y de Bárcenas, muy en particular.
No estoy seguro de que vayamos, con estas declaraciones, a conocer la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad de lo relacionado con la trama Gürtel-Bárcenas, que yo considero casi como la misma cosa, aunque sean piezas separadas y la instrucción de la primera se esté eternizando en exceso. Pero sí pienso que esta semana tendremos algo más de información sobre las culpas o inocencias de unos y otros. Porque de acciones del pasado, que no del presente, hablamos. Semana, pues, importante para aclarar una historia política que nos agobia a todos.
