Carlos Carnicero – El PSOE no resucitará sin ejemplaridad


MADRID, 27 (OTR/PRESS)

Los dirigentes actuales del PSOE piensan que el tiempo curará todas sus heridas. Pretenden que el olvido de la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero tendrá un efecto balsámico e inmediato en la recuperación de sus bases sociales y electorales. Están en un error.

Hay varias consideraciones que es necesario resaltar.

Primera, la profunda crisis de la socialdemocracia tiene que ver fundamentalmente con el triunfo de las tesis neoliberales. La sociedad del hiperconsumo ha hecho estragos en los anhelos ciudadanos. La sociedad del bienestar tiene su terminal exclusivamente en el volumen de la cartera de la que uno dispone. El éxito se ha desvinculado de la ética y la honestidad personal y se ha concentrado en el sistema de vida que cada uno se pueda pagar.

Los grandes valores de la izquierda democrática, que compaginaban la gestión económica con la distribución de la riqueza, en una tensión permanente a la reducción de las desigualdades, han caído en el olvido. José Luis Rodríguez Zapatero, que leyó poco y mal, se concentró en la moda de los valores republicanos de nuestra sociedad y desistió de la justicia distributiva. Pocas cosas hicieron más que aquella solemnidad de que «bajar impuestos es de izquierdas».

Los electores del PSOE perdieron la confianza en un partido desfigurado. PSOE y PP redujeron su disputa a la gestión eficaz del capitalismo. Y el PSOE perdió el alma que le ha permitido sobrevivir su condición centenaria.

Ahora, cuando la derecha socioeconómica y política está herida por la corrupción, el PSOE no se ha percatado de que solo la ejemplaridad le puede hacer resucitar.

Frente a los escándalos de Gürtel y Bárcenas están los ERE de Andalucía. Debe haber tanto barro debajo que nadie se ha atrevido a achicar con fuerza las sentinas.

El casi ya ex presidente de Andalucía, José Antonio Griñán, ha terminado de sentenciar que su salida pretende evitar la erosión de esos escándalos económicos con dinero para ayudar a los trabajadores que perdían el empleo.

No basta con quitarse de en medio. Hay, además, que ejemplarizar. Y en el proceso del PSOE andaluz ha habido de todo menos ejemplaridad.

El mismo procedimiento de sustitución de un líder amortizado ha sido una estafa. Falsas primarias adobadas de procedimientos búlgaros. José Antonio Griñán amañó las primarias y colocó a la elegida como presidente de la Junta de Andalucía sin siquiera un simulacro de debate y elección. Toda una demostración de sentido patrimonial del partido y del poder.

Es difícil identificarse con este PSOE que no se atreve a enfrentarse a la marea económica liberal y que además no se distingue de las prácticas autoritarias del partido conservador.

El tiempo no cura todo; a veces ni siquiera lo disimula. Y este principio es letal con la convicción de que nada es para siempre. Torres más altas que el PSOE se han disuelto en una riada. Y la que tenemos en España no es precisamente pequeña.

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