Carlos Carnicero – Rajoy, en la clandestinidad.


MADRID, 07 (OTR/PRESS)

Nos hemos enterado, por informaciones de la Casa Blanca, que Mariano Rajoy ha colocado a España entre la minoría de países que han dado su apoyo a Estados Unidos para realizar una intervención militar en Siria. Minutos después de que el presidente español, en una rueda de prensa al final de la cumbre del G-20, dijera que España se encontraba a la espera del informe oficial de la ONU sobre el uso de armas químicas, la Casa Blanca puso sobre la mesa la verdadera posición de España, que había sido hurtada a la opinión pública.

Los portavoces de la presidencia de Estados Unidos no es la primera vez que nos informan a los españoles de las actividades de nuestros presidentes. Tuvimos noticia de que el matrimonio Rodríguez Zapatero había acudido a la residencia del presidente de Estados Unidos en compañía de sus hijas por la foto facilitada por la Casa Blanca, que el servicio del presidente Zapatero había tratado de evitar su publicación. Era un asunto que podemos considerar menor, pero fue muy comentado por la condición de góticas de las hijas del presidente, que acudieron a la recepción con un atuendo acorde con esas convicciones. Ahora sabemos que España apoya a Estados Unidos, en contraposición con la mayoría de los países de la UE, y de la posición del Consejo, con excepción de Francia, entusiasmada con la idea de lanzar algunos proyectiles sobre Siria.

La afición de Mariano Rajoy por la clandestinidad, por prescindir del Parlamento, salvo que sea inevitable, vuelve a demostrar que el presidente no quiere compartir sus decisiones ni con las instituciones ni con los ciudadanos. Hechos consumados y no comunicados. No hay consenso sobre la intervención en Siria. No hay acuerdo en el Consejo de Seguridad y el agotamiento de las vías diplomáticas y la petición de espera al informe de los inspectores de Naciones Unidas que trabajaron sobre el terreno, empieza a exhibir un escenario que recuerda mucho a los antecedentes de la invasión de Irak. Entonces, los servicios de inteligencia de Estados Unidos y del Reino Unido nos aseguraron que había armas de destrucción masiva. Las buscaron con desesperación después de la ocupación de Irak. Nunca aparecieron. La razón que forzó aquella intervención era falsa. Pero todavía no conocemos los detalles de cómo se construyeron aquellas evidencias que eran inexistentes.

Ahora hay muchas dudas sobre el uso de armas químicas por el régimen de Siria. La primera interrogante es desde el sentido común. Si el régimen Sirio sabía de la línea roja que había trazado el presidente Obama con el uso de armas químicas, ¿porque le facilitó el pretexto para una intervención contra él? No estaba en una situación desesperada y los objetivos supuestamente atacados no tenían importancia militar. ¿Por qué facilitó ese pretexto?

La historia de los servicios de inteligencia norteamericanos e israelíes está llena de acciones encubiertas para favorecer intervenciones interesadas. ¿Qué garantía tenemos de que todo esto no sea un montaje similar al realizado en Irak con las armas de destrucción masivas.

La posición de Rusia, claramente alineada con el régimen Siria, ha llegado a plantear un órdago. Si se demuestra que el régimen utilizó armas químicas, Putin no se opondrá (en el Consejo de Seguridad) a una acción de castigo.

La Unión Europa y los países que la integran, con excepción de Francia, se oponen a una intervención al margen de la ONU. Esa, creíamos, era la posición de España. Ahora sabemos que Mariano Rajoy, en la clandestinidad, ha dado su apoyo al presidente Obama. Rajoy necesitan que le quieran y cree que se puede decir una cosa y hacer otra para conseguir el cariño norteamericano. Tal vez el déficit de afecto y de credibilidad que tiene entre los ciudadanos españoles le haya puesto deprimido y necesite el abrazo de Obama para no sentirse solo. Bueno es saberlo.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído