Charo Zarzalejos – La piel que se han dejado.


MADRID, 07 (OTR/PRESS)

Cuando se escriben estas líneas quedan escasas, muy escasas horas, para que los responsables del COI decidan sobre la suerte de nuestro país en relación a los JJ.OO. Se escriben, pues, desde la expectación y de una relativa incertidumbre.

La relatividad de la incertidumbre viene dada, al menos para mi, por una certeza que reconforta y es que nuestra gente desplazada a la capital argentina, se ha dejado la piel. Se han dejado la piel todos los compañeros periodistas que han trabajado a destajo, con entusiasmo, sin mirar el reloj_un periodista solo mira el reloj para entregar la crónica a tiempo-, sacrificando sueño… han trabajado con dedicación entusiasta, sin abandonar el realismo, que nos la han transmitido a través de sus magníficas crónicas escritas, en radio y televisión.

Se han dejado la piel nuestros deportistas que, según me cuentan , han dejado huella de «alegría y buen rollo» y que como han podido y sabido han contribuido a formar lobby, que no deja de ser un ejercicio de trapecio, pero sin trapecio. Nuestros políticos, más allá de fallos puntuales, han dado lo mejor de si mismos. No han reparado en esfuerzos y esta tarea de equipo entregado a una causa se ha transmitido por si misma. Ocurre que cuando las cosas se hace bien de verdad, cuando se comparten entusiasmos, cuando se persigue un objetivo compartido, ese bien hacer no suele necesitar de explicaciones. Se percibe y esto es lo importante. Suele ocurrir, sobre todo en política, que no basta con hacerlo bien. Es necesario que los demás, que los destinatarios de ese hacer lo perciban como bueno. La percepción de que las cosas se han hecho bien parece estar fuera de duda.

Sin duda, la presencia y entrega del Príncipe ha sido un factor especialmente relevante. El Príncipe Felipe representa en si mismo el futuro y ahí ha estado: disciplinado, trabajador, brillante, entregado y humilde, muy humilde, aceptando en los sucesivos ensayos sugerencias y consejos. «No ha puesto una sola pega».

Sea cual sea la realidad con la que hoy nos levantemos, hay algo que nos debe dar tranquilidad y es que, cuando quieren, nuestros representantes políticos e institucionales son capaces de hacer las cosas muy bien, de dejar el nombre de España en el lugar que se merece. El secreto es el trabajo, la tenacidad, el sentido de equipo, es verdad. Pero además y sobre todo ha estado el impulso, el entusiasmo que genera compartir un objetivo, tener clara la meta. Todos, sin exclusión alguna, los que han estado en Buenos Aires, han dejado bien alto el pabellón español. Se han dejado la piel y se ha notado.

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