Carlos Carnicero – Rusia vuelve a disputar el liderazgo a USA.


MADRID, 15 (OTR/PRESS)

La perdido de liderazgo e influencia de Estados Unidos, consustancial al comienzo del siglo XXI no se ha detenido con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca. El desplazamiento del eje del mundo hacia el pacífico se acentuó con la crisis financiera del 2008. Y ahora Rusia ha salido de las cenizas de la URSS para desbancar y dejar fuera de juego a Estados Unidos en la crisis de Siria. No habrá ataque militar -debilitada esta tesis con la desafección del Parlamento Británico a la acción armada y pese el entusiasmo francés- porque se han impuesto las tesis rusa. Vladimir Putin comenzó negando validez a las pruebas que esgrimía la administración Obama sobre la responsabilidad del régimen Sirio. Y a continuación, la diplomacia rusa ha conseguido imponer la vía de negociación para evitar un castigo militar comprometido por el presidente Obama.

Si la percepción del liderazgo norteamericano estaba en cuestión antes del anuncio del ataque de castigo a Siria, la jugada de Vladimir Putin le ha dado una puntilla. Más del ochenta por ciento de los ciudadanos norteamericanos estaban en contra de la acción militar anunciada por Obama y el presidente ruso les ha dado la salida para evitarla.

Varias cuestiones previas.

Primera, el presidente norteamericano comprometió su palabra al establecer una línea roja en el uso de armas químicas. Inexplicablemente, el presidente Sirio las utilizó. ¿O no fue así? Tal vez algún actor en la zona hizo el trabajo sucio para que Obama no tuviera más remedio que atacar. La experiencia de Irak demuestra que los informes esgrimidos para justificar un ataque no tienen por qué tener crédito. Realmente, para la opinión pública mil y pico muertos en una acción con armas químicas es inadmisible. Pero, ¿son aceptables más de cien mil muertos en una guerra civil de una dictadura contra unos rebeldes a los que poco a poco estamos conociendo y que no ofrecen garantías sino todo lo contrario?

A la vista de la reacción pública norteamericana, el presidente Obama trató de comprometer a las cámaras para que apoyaran sus planes militares. El primer impacto, la sorpresa relativa, se esfumó. Pero además, la proximidad de las elecciones legislativas norteamericanas no era la situación ideal para que demócratas y republicanos apoyaran una decisión impopular en un nuevo episodio bélico a la sombra de los desastres de Afganistán e Irak.

En ese callejón de difícil salida en donde se encontraba Obama se presentó Vladimir Putin con la linterna del control de las armas químicas en Siria.

La suspensión de ataque ha debilitado aún más el prestigio de Barack Obama y Rusia, en cambio, ha evitado una nueva acción militar de consecuencias impredecibles. Los votantes norteamericanos y europeos le reconocerán, ahora, a Putin el liderazgo de una iniciativa que ha evitado la guerra.

Ahora no es una cuestión menor certificar quien lanzó las armas químicas y de paso revisar el pedigrí democrático de las fuerzas rebeldes sirias. Eso demostraría que se han aprendido las lecciones de Irak, Afganistán y Libia.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído