No te va a gustar – La conciencia crítica de los partidos.


MADRID, 16 (OTR/PRESS)

Si carecemos de conciencia crítica, las naciones, las instituciones, los partidos, todos nosotros, valemos muy poco. Me preocupa ese afán de unanimidad que muestran las formaciones políticas españolas, donde el que se mueve no sale nunca más en la foto y donde el menor disenso se considera traición. Sí, por supuesto, pienso en Esperanza Aguirre, que surge como una especie de «pepito grillo» que alza la voz para criticar todo lo que le parece mal en el Partido Popular. No estoy de acuerdo con muchas de las cosas que va diciendo la «lideresa», desde luego; en otras, pienso que tiene toda la razón. Pero, en cualquier caso, creo que es muy bueno que las airee, que se debatan e incluso que escuezan. Ojalá hubiese pensado algunas de las cosas que ahora proclama -apertura de candidaturas, menos diputados autonómicos, una gobernación más abierta- cuando tenía mayor poder para cambiarlas. En todo caso, felicidades por seguir pedaleando.

Es el nuestro, ya digo, un país con escasa capacidad de crítica constructiva. El «prietas las filas» es el tono dominante en nuestros páramos, en los que nadie presenta nunca estudios alternativos para la reflexión y el debate. Por eso, precisamente por eso, creo que debemos acoger con alborozo hasta esos manifiestos en los que, por ejemplo, algunos ex políticos que puede que quieran volver a serlo piden reformas parciales, como en la ley de partidos o en la normativa electoral. Bienvenidos sean tales tímidos intentos, incluso, ya digo, aunque el ánimo que los inspira no sea únicamente regeneracionista. Al final, la ambición y el afán de «vendetta» también pueden ser elementos motores de la humanidad y, de hecho, lo son en este secarral nuestro, habitualmente tan poco altruista.

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