Francisco Muro de Iscar – Un nuevo modelo social.


MADRID, 29 (OTR/PRESS)

El Gobierno se empeña en decirnos que la situación económica está mejorando, y tiene razón, pero la mayoría de los ciudadanos no ve que esa mejora tenga una influencia directa en su vida. Se ha hecho una reforma laboral que, todavía, no ha conseguido crear empleo, se han subido impuestos, se han congelado las pensiones, se han reducido las ayudas sociales, las becas, los presupuestos en todos los capítulos, el acceso a la Justicia y a la sanidad -excluyendo, incluso, a personas inmigrantes sin recursos-, se ha instaurado el copago de medicamentos, ha descendido el consumo… La precariedad en el empleo es la norma y una gran mayoría de los ciudadanos teme que su situación laboral o económica puede ir a peor en los próximos años. En resumen, lo que viven los ciudadanos es muy diferente de lo que dicen los gobernantes que, además, no se han planteado todavía una verdadera reforma fiscal que haga justicia sobre los ciudadanos de forma que no paguen más los que viven de una nómina y se hagan más ricos los que más tienen. Porque en estos últimos años -no sólo durante el Gobierno Rajoy, también con los de Zapatero- los ricos son más y más ricos y los pobres son muchos más y también mucho más pobres.

Es decir que el Estado de Bienestar, un avance al que no debemos renunciar, peligra porque no es posible sostenerlo, mientras que la sociedad no camina hacia la igualdad sino hacia la desigualdad y con los últimos recortes esta brecha va a ser más profunda. ¿Es sostenible o va a desaparecer? ¿Hay que reducirlo o se puede mantener tal como está? ¿Reforma o quiebra? Son muchos los políticos, en todos los extremos del arco político y en su centro, que juegan a la demagogia. Pero son pocos, si hay alguno, que plantea de verdad, un debate a fondo sobre el nuevo modelo social que la realidad económica impone. Un debate serio, riguroso, con expertos, con números, con propuestas para proponer un modelo que marque las líneas rojas que no deberíamos pasar nunca y las líneas blancas que pueden ser moduladas. Que señale a qué sacrificios estamos dispuestos para garantizar la solidaridad entre personas, entre colectivos y entre regiones. Que prime el sentido común y deje atrás los partidismos.

Ni la derecha ni la izquierda tienen un nuevo modelo real, racional y sostenible para el crecimiento económico -se mueven entre la inacción y la irresponsabilidad- y eso es mucho más grave cuando hablamos del modelo social o cuando tenemos un cincuenta por ciento de paro juvenil. No es posible el progreso sin un acuerdo social mayoritario ni se puede construir nada sobre los recortes, la inseguridad y el sálvese quien pueda. No podemos ser competitivos si no somos solidarios. No podemos hablar de una sociedad moderna si se asienta sobre la desigualdad y la exclusión de millones de personas. ¿No se han dado cuenta todavía?

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