Luis del Val – El embajador cansado


MADRID, 3 (OTR/PRESS)

Es probable que, cuando aparezcan publicadas estas líneas, el embajador de España en Andorra haya dejado de serlo, debido a unas declaraciones moderadas si don Alberto Moreno fuera conductor de autobús o consejero delegado de una fábrica de cervezas con sede en Madrid. El problema es que las opiniones vertidas proceden de un embajador de España, que cobra del Estado español y representa a su Gobierno. Decir que no se siente ni muy español, ni muy catalán, ni muy nada, es un síntoma indudable de que «tampoco se siente muy embajador», porque si sintiera con un poco de entusiasmo por su deber de profesional de la Carrera no hubiera dicho semejantes jautadas.

Puede que a algunas personas, sobre todo si viven en Cataluña, no les llame demasiado la atención, pero si el embajador belga en Madrid, declarara que él no se siente ni muy belga, ni muy flamenco, ni muy nada, estoy convencido de que su ministro de Asuntos Exteriores le cesaría a las pocas horas, tras escuchar sus injustificadas excusas por teléfono, de la misma forma que es inimaginable que el representante del Elíseo en España declare que se siente poco francés, o que en parecidos términos se expresara el embajador de Estados Unidos.

Es muy probable que don Alberto Moreno sea un excelente diplomático, pero no cabe duda de que está cansado, y sus palabras son una manera de solicitar el relevo, petición a la que el ministro García Margallo debe responder con pronta cortesía y no dar muestras de una crueldad innecesaria, dejando en el puesto a una persona que no se siente casi nada. Hay que tener en cuenta, además, que don Alberto fue asesor en asuntos internacionales, cuando Montilla fue presidente de la Generalitat, en aquél delirante tripartito que juntó el mayor número de tonterías contemporáneas con un gasto tan excesivo que las consecuencias tardarán mucho tiempo en despejarse. Tras esa experiencia, que debió de ser terrible, no me extraña que el representante de España en Andorra defienda lo que no defiende el Gobierno al que representa, pero hay que ser comprensivos, porque a cualquiera de nosotros le hubiera pasado lo mismo de haber tenido que trabajar con aquél gran pesador de rudimentaria oratoria. Hay cosas que dejan huella: el alcohol, las drogas, el exceso de grasas* o el tripartito.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído