Escaño cero – La culpa no es de Madrid


MADRID, 7 (OTR/PRESS)

He pasado una semana en Barcelona y regreso impresionada. Sí, impresionada por el ambiente enrarecido que se respira en la capital catalana y que, por lo que me contaban, se parece a la del resto de Cataluña.
Lo que más me ha sorprendido es el sentimiento de agravio que tienen buena parte de los catalanes. Se sienten «maltratados» por Madrid y parecen convencidos de que todos sus problemas derivados de la crisis económica se deben a que Madrid no solo no les comprende sino que hace todo lo posible por fastidiarles. Madrid, claro, es el Gobierno central y si me apuran el resto de España.
También he constatado que para muchos la solución ya no pasa por un nuevo modelo de financiación sino que están convencidos de que la única manera de resolver todos sus problemas es la independencia y ya no ven más salida que esta.
Una de las cosas que más me ha sorprendido es como la mayoría de mis interlocutores pasaban de puntillas sobre la pésima gestión del gobierno tripartito que gobernó Cataluña hasta el triunfo de CiU. Un gobierno que fue un desastre, que derrochó y gastó lo que no tenía, que se comportaron como nuevos ricos y que los resultados de su gestión fueron un auténtico desastre para Cataluña. Pero de esto no hablan, lo esquivan. Los del tripartito eran de los suyos.
No he dejado de preguntarme y reflexionar cómo se ha podido llegar hasta aquí y siempre me topo con la misma respuesta: los errores de algunos políticos han servido para echar leña a lo que hace unos años ni siquiera eran brasas.
Es inmensa la responsabilidad histórica de José Luis Rodríguez Zapatero en todo lo que está pasando porque fue él quien dio alas a la petición de Pascual Maragall de cambiar el Estatuto de Autonomía y por si fuera poco diciendo que aceptaría cualquier Estatuto que le enviaran desde Cataluña.
En aquel momento, ahí está la hemeroteca, en Cataluña no había una demanda social para que el estatuto fuera reformado. Pero Zapatero fue más allá y decidió extender la aventura a todas las Comunidades propiciando una reforma de todos los Estatutos de Autonomía.
A todo esto hay que añadir que jugó con Artur Mas prometiéndole su apoyo para que el convergente se convirtiera en Presidente de la Generalitat y luego dio marcha atrás de su compromiso propiciando el famoso gobierno tripartito formado por el PSC, Ezquerra e Iniciativa.
En fin que Zapatero fue de error en error y las consecuencias de sus errores nos están pasando factura.
Naturalmente no solo él es culpable de éste desencuentro entre Cataluña y el resto de España. Artur Mas es el segundo protagonista de esta desgraciada historia. Su irresponsabilidad como gobernante y su falta de capacidad para liderar su comunidad, las envuelve en la señera.
Pero lo importante es qué se puede hacer al día de hoy y me parece a mi que ninguno de nuestros políticos está a la altura de tan difíciles circunstancias.
Para empezar el presidente Rajoy debería de hacer pedagogía política. Me parece bien que huya de la confrontación, de pelas inútiles, pero debería de ejercer un liderazgo en éste asunto y no lo está haciendo.
En segundo lugar el líder de la oposición no debería de azuzar los ánimos acusando de «catalanofobia» a los populares, porque eso en vez de ayudar a que se calmen las aguas contribuye a agitarlas.
Me parece a mí que todos los responsables políticos, si es que realmente son responsables, deberían de dejar de jugar con las emociones de los ciudadanos y sentarse a dialogar y a buscar solución al problema real que no es otro que el de la financiación de Cataluña.
Enardecer sentimientos y emociones conduce a la irracionalidad y luego es difícil dar marcha atrás, que es lo que les está pasando a Artur Mas que se ha pasado de frenada.
Creo que es hora de que el gobierno central y el gobierno catalán se sienten a hablar, pero no solo eso, creo también que seguramente de lo que sí ha llegado la hora es de cambiar el sistema de financiación de nuestras Comunidades Autónomas, pero eso si, sin olvidarse de lo principal que es la solidaridad. Ese diálogo no se puede ni se debe retrasar ni un minuto más.
Hoy mismo me he encontrado con un exministro de UCD, Jaime Lamo de Espinosa, y me comentaba que junto a otros autores, algunos políticos y otros catedráticos de economía, van a presentar un libro con un diagnostico sobre los problemas del sistema de financiación autonómico y su propuesta para un nuevo sistema. La verdad es que estoy deseando leerlo.
Lo que hacen falta son propuestas serias y una negociación política igualmente seria dejando emociones y partidismos en casa. Pues eso.

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