Al margen – De Guindos, Europa y las preferentes.


MADRID, 7 (OTR/PRESS)

Se sabe que el Gobierno de Rajoy eludió el pasado año el rescate de España, en buena parte, mediante el procedimiento de desvalijar a millones de ciudadanos que tenían sus ahorros depositados en sus Cajas de toda la vida, y se sabe que el tal procedimiento se articuló, merced a la mayoría absoluta del PP y a su uso desaforado del Decreto, con el Memorial de Entendimiento (MOU) con los prestamistas europeos que, so capa de condicionar ese rescate a la banca, no perseguían sino garantizar su dinero y los intereses correspondientes. Se sabe todo eso y muchas más cosas de la monumental estafa de las Preferentes y las Subordinadas gracias a la acción de la Justicia y a las denuncias y a las movilizaciones de las víctimas, de suerte que hasta el comisario Almunia, que estuvo presente en el escenario del masivo despojo, ha terminado reconociendo que la venta a particulares de esos productos tóxicos fue, literalmente, una estafa.
Se conocen ya muchos pormenores de la conspiración dineraria para sustraer a lo grande e impunemente los patrimonios de tantos cientos de miles de españoles, quienes fueron, cómo lo hicieron, quienes miraron para otro lado (CNMV y Banco de España), quienes se beneficiaron de ella, qué partido estuvo principalmente en el ajo, y hasta se sospecha, o cuando menos las víctimas lo desean ardientemente, quienes habrán de acabar algún día entre rejas, pero lo que no se sabía mucho es que el autor del MOU, señor De Guindos, recibió en julio de éste año una carta oficial de la presidenta del Comité de Peticiones del Parlamento Europeo, en la que, ante el alud de denuncias recibidas y admitidas a trámite en él, le emplazaba a resolver el asunto, pero no de cualquier manera: «Los miembros de la Comisión de Peticiones seguirán ésta cuestión con sumo interés y por éste motivo (…) desea conocer a fondo las acciones tomadas por su Ministerio con el objetivo de solventar la situación de los peticionarios y de asegurar que les sea devuelta la totalidad de sus ahorros». O sea, que se les devuelva, íntegro, su dinero.
El señor De Guindos, que perdió salva sea la parte para complacer, en perjuicio de sus compatriotas, a los prestamistas de Europa, parece haberse pasado por el mismo lugar la petición del Parlamento Europeo, donde se supone que reside la soberanía coaligada de los pueblos, el español también, en él representados. Otras cosa más, pues, que ya se sabe.

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