MADRID, 28 (OTR/PRESS)
Esa pregunta, quién es exactamente Angela Merkel, es la que formuló imperativamente en 2010 Obama a los servicios de inteligencia de su país para que éstos siguieran espiando los correos privados de la canciller alemana, o eso, al menos, es lo que sostiene el diario «Bild and Sonntag» en sus revelaciones sobre el espionaje masivo de los EE.UU. a todo bicho viviente en las últimas décadas, sobre todo a sus socios, sus amigos y sus aliados.
Pues bien; dejando a un lado el hecho, reconocido por el propio Obama, de que su país se envició con lo de espiar y que ha venido espiando por encima de sus necesidades al disponer para ello de una tecnología casi sobrehumana, lo cierto es que si el presidente norteamericano quiere saber de verdad quién es Angela Merkel, mejor que a la NSA o a la CIA debería preguntárselo a un psicólogo o a un psiquiatra. Aun así, lo más probable es que no terminara de averiguar del todo quién es «exactamente» Angela Merkel.
También, aunque tal vez ande escaso de esa especie en nómina, podría preguntar a una persona culta, a un erudito o a un sabio. Entre todos, pero sin prescindir del psicólogo, del psicoanalista más bien, podrían aproximarse, aunque de lejos, a la dilucidación del misterio: su padre era un pastor luterano. ¡Arrea! Pero, ¿qué pinta el padre de Merkel en todo esto?
Todo: la dueña de Europa (de ahí el espiarla tanto) bebió hasta saciarse de ese credo que, en pocas palabras, consiste en suponer que lo grato a Dios, aquello por lo que éste concede la salvación y el Paraíso a las criaturas, no es la bondad ni las buenas obras, sino la fe monda y lironda, lo que en el caso de la luterana Alemania se machihembra con la sumisión absoluta a la autoridad, derivándose de ello los horrores del pasado que todos conocemos.
Como hija de pastor luterano, como militante de la Juventud Comunista o como Jefa del Gobierno, Merkel se produjo siempre de la misma forma, desde una fe sin fisuras en el dogma (hoy, en el del dinero) y un desprecio total por las buenas obras, cual se acredita con la ruina que su poder y su política han llevado a tantos millones de familias europeas. Ya sabe Obama por donde tiene que empezar si quiere saber quién es exactamente Angela Merkel. De nada.
