MADRID, 31 (OTR/PRESS)
El principal partido de la oposición ha protagonizado en los últimos días tres actuaciones que ponen muy a las claras su delicado estado de salud política y la urgencia que tiene de recuperar su rumbo ideológico si quiere seguir siendo una alternativa fiable y solvente al actual Gobierno del PP. Esas tres actuaciones han sido la división entre el PSOE y el PSC en torno a una votación en el Congreso sobre el supuesto «derecho a decidir» de Cataluña; la negativa a apoyar una moción en el Ayuntamiento de Tafalla promovida por UPN para reprobar a la miembro de ETA y vecina de dicha localidad, Inés del Río, y la estrambótica iniciativa del diputado socialista por Guipúzcoa, Odón Elorza, pidiendo que se exhumen los restos de Franco enterrados en el Valle de los Caídos.
Lo mas grave, desde el punto de vista político, es el divorcio entre el PSOE y el PSC. Que hubiese dudas, como al parecer existieron, en la dirección de los socialistas, de apoyar la iniciativa de UPyD que en el fondo lo único que remarcaba es que la soberanía nacional reside en todo el pueblo español y que por tanto, el futuro de una Comunidad Autónoma como Cataluña tiene que ser decidido por todos los españoles y no sólo por los que viven en ella, es una muestra de cómo bajan las aguas del PSOE. Así, no es de extrañar que destacados y veteranos dirigentes socialistas como Guerra, Chaves, Bono o Rodríguez Ibarra hayan pedido a la actual dirección socialista que rompa con el PSC y que se presente en Cataluña con la siglas del PSOE, es decir, también con la E de español.
En cuanto a la negativa del PSOE de apoyar en Tafalla la moción de UPN para declarar persona «non grata» a la vecina de la localidad, la sanguinaria terrorista de ETA, Inés del Río, recientemente puesta en libertad a raíz de la derogación de la doctrina Parot, es sencillamente incomprensible. Y mucho más el argumento esgrimido por la portavoz socialista en dicho Ayuntamiento al decir que su grupo no quiere hacer el juego a la manifestación de extrema derecha que hubo el pasado domingo en Madrid, en referencia a la concentración convocada por las víctimas del terrorismo y a la que asistieron varias decenas de miles de personas. Por lo demás, la iniciativa del diputado Elorza sacando a estas alturas a Franco a pasear, es otro signo de la crisis de identidad en la que viven los socialistas desde su derrota electoral hace dos años.
El PSOE está necesitado de una profunda regeneración, tanto de ideas como de personas. Dentro de unos días celebrará su Conferencia Política. De ella debería de salir una reformulación de un discurso ideológico que pueda ser defendido por igual en Cataluña, en Andalucía, en Extremadura o en el País Vasco. Esa será la prueba del nueve. Y si de paso fijan la fecha de las primarias para elegir candidato, mejor que mejor.
