Fermín Bocos – Aznar y Garzón


MADRID, 4 (OTR/PRESS)

El pasado siempre intenta volver. Por caminos diferentes, José María Aznar, expresidente del Gobierno y Baltasar Garzón, exjuez de la Audiencia Nacional, han vuelto a ser titular de periódico y carne de crónica política.
Aznar -que en realidad nunca se fue del todo- vuelve con un libro de memorias bajo el brazo y con revelaciones sobre el inmediato pasado (11 M; guerra de Iraq, relaciones con Washington, Perejil), que en determinados capítulos parecen diseñadas para justificar algunos de sus errores en la gestión de acontecimientos que estremecieron España.
Lo de Garzón es otra cosa. Nunca quiso marcharse pero fue condenado por prevaricación y expulsado al otro lado del círculo de tiza que marca la línea de focos que acota la fama y se ve que añora sus días de gloria. Por eso vuelve sumando su voz a una decena de «abajo firmantes» que dicen estar dispuestos a saltar a la palestra para echar una mano al PSOE y «derrotar a la derecha».
En el caso de Garzón, la película suena a «remake», a repetición de aquella pintoresca decisión que le llevó a figurar como «número dos» en una lista encabezada por Felipe González y que al poco, al no ver premiado con encomienda ministerial su abandono de la toga por la política, le hizo volver a la Audiencia Nacional intentando empapelar a Felipe endosándole la «X» de los Gal. La cosa no prosperó en términos judiciales pero en la cúspide socialista dejó represado un notable caudal de cabreo. Si dice estar dispuesto a volver es porque debe pensar que el tiempo es el olvido y que en el PSOE ya no se la tienen jurada. Muy perdido debe andar Rubalcaba en las encuestas para aceptar la mano de Garzón.
El regreso de Aznar a las portadas de los medios tiene, como decía, otra explicación y también otras connotaciones. Vuelve para hablar de su libro («El compromiso del poder» Ed. Planeta), pero los periodistas que le entrevistan le preguntan por Rajoy y su política -Cataluña, la «doctrina Parot», etc- y por eso los titulares salen de cuerpo de elefante cuando asegura que si quisiera volver, volvería, dando a entender que sigue de centinela como guardián de las esencias del partido.
Tiene lógica desde su lógica y forma de ver las cosas, pero tengo para mí que la gente, incluso la que vota al PP, está ya en otras vivencias. Y, aunque critiquen la forma en la que Rajoy lleva estos asuntos, no por eso van dejar de votarle en las próximas elecciones.
Creo que el pasado siempre intenta volver y a veces vuelve, pero la mayor parte de las veces sólo es como nostalgia, no como hoja de ruta.

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