Andrés Aberasturi – Este no es un país serio


MADRID, 8 (OTR/PRESS)

Frente a aquel magnífico slogan de hace tantos años que decía «Hacienda somos todos» y que sirvió para que los españoles nos acostumbráramos a hacer lo que se venía haciendo en el resto de Europa, pagar impuestos, surgió pronto la respuesta popular: «pero unos más que otros». Y, lamentablemente, cada vez ha sido más verdad.

A la mayoría de los españoles asalariados, pensionistas funcionarios etc. nos ha llegado hace poco el segundo plazo de la declaración a Hacienda del IRPF. Y mientras la pagamos con la mano derecha, con la izquierda leemos la siguiente noticia: Los partidos políticos se reparten en plena crisis -años 2009, 2010 y 2011- en torno a 840 millones de euros de las arcas públicas y a esa fecha, 2011, diecisiete partidos políticos estaban en quiebra técnica ya que presentaban un saldo negativo en sus cuentas anuales. Los datos salen del el último informe de fiscalización realizado por el Tribunal de Cuentas que tampoco parece que tenga o mucha prisa o mucho personal para llevar estas contabilidades.

Y luego se quejan de que las encuestas carguen sin discriminar contra político y partidos.

¿Qué ocurriría si en lugar de partidos políticos fueran 17 las empresas en quiebra técnica? ¿Cómo habría actuado Hacienda?

¿Qué facilidades hubieran dado las entidades bancarias a esas empresas?

¿Cómo es posible que en los tiempos más duros de la crisis económica la cantidad a recibir no bajara de forma drástica?

El Tribunal de Cuentas recoge -según publica «Periodista Digital«- que los partidos políticos ingresaron en concepto de financiación ordinaria un total de 241.101.575 euros en 2009, 236.860.284 euros en 2010 y 238.499.587 euros en 2011.

La mayor cantidad procede de partidas entregadas directamente al Estado, seguido de las subvenciones aprobadas por las asambleas legislativas autonómicas y de las procedentes de las entidades locales.

En pura teoría -la realidad de los partidos políticos es una ficción acordada entre ellos con la que nadie se mete- CIU es el más quebrado seguida de IU. ¿Va a pasar algo?

La respuesta es no porque los partidos políticos -lo mismo que los clubs de futbol importantes- en esta país son intocables y no sólo nadie les va a exigir las mismas responsabilidades que a un empresa sino que es muy posible -sobran ejemplos- que la entidades financieras condonen parte de esas deudas mientras ejecutan desahucios por cuatro perras.

Así no vale; ni Hacienda somos todos ni la justicia es ciega ni las administraciones cumplen con lo que ordenan.

Esta es la fecha en la que la tarjeta sanitaria sigue renovándose tan desastrosamente como siempre haciendo caso omiso de todas las leyes publicadas desde hace no sé cuantos años hasta el Consejo de Ministros de de hace dos o tres semanas.

Aquí se legisla para todos pero ni siquiera los legisladores cumplen las leyes que promueven.

Un país así no es un país serio: gastan lo que no tienen, legislan lo que cumplen y el ciudadano aguantándolo todo. ¿Hasta cuándo?

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