Luis del Val – La concordatomanía


MADRID, 11 (OTR/PRESS)

Existe en el PSOE una suerte de rara obsesión por el Concordato, que no se corresponde, ni con la historia reciente del PSOE, ni con la ejecutoria de los gobiernos socialistas.

Confieso que a mí el asunto del Concordato me produce una curiosidad bastante relativa, dado que no soy obispo, pero me llama mucho la atención que, con bastante frecuencia, los socialistas digan que no les gusta el Concordato, o sea, el acuerdo entre el Vaticano y el Reino de España.

Y me llama la atención porque el primer Concordato lo firmó Franco, el segundo se hizo en la transición, y se ratificó por las Cortes Constituyentes, y los dos últimos fueron firmados, respectivamente, por Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, siendo ambos presidentes de sendos gobiernos socialistas.

Ni la derecha cuando sucedió a Felipe González, encabezada por Aznar, ni cuando volvió con Rajoy, le tocaron una coma o enmendaron lo que habían firmado los socialistas.

De ahí mi perplejidad. ¿Creen que se equivocó González? ¿Metió la pata Rodríguez Zapatero? Y, sobre todo: esto del Concordato, además de entusiasmarles mucho a los socialistas, cuando no gobiernan ¿forma parte de las preocupaciones del ciudadano medio o, por afinar, del votante medio del PSOE?

Tengo vecinos, amigos, parientes y familiares cercanos que votan, en principio, a los socialistas. Jamás, jamás, les he escuchado mostrar la más leve inquietud por las características el Concordato entre España y la Santa Sede. Juraría que algunos de ellos viven en la ignorancia de que existe el Concordato, sin que esa circunstancia les haya hecho ni más felices, ni más desgraciados.

Lo que no me explico es este malestar de los socialistas por el Concordato, cuando no gobiernan.

¿Será que su objetivo es ganar las elecciones, no para mejorar las condiciones socioeconómicas de los ciudadanos, sino para firmar un tercer Concordato, puesto que ya han firmado dos?

Esto de criticar los concordatos después de haberlos firmado, se me antoja tan contradictorio como si Florentino Pérez dejara la presidencia del Real Madrid, y se pasara el día criticando los fichajes millonarios y abogando por una plantilla formada por gente modesta procedente de la cantera. Pero, quien sabe, a lo mejor un nuevo Concordato traía una rebaja de la luz o una gripe invernal más benigna.

O es una de esas obsesiones que se fijan en los colectivos y que son difíciles de erradicar, porque no hay diván en el que se pueda echar a un colectivo para empezar el psicoanálisis.

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