El abanico – PP: Aniversario en negativo


MADRID, 21 (OTR/PRESS)

Que el PP llegase al Gobierno de la nación con mayoría absoluta ilusionó a sus votantes, también a quiénes habiendo optado por otras formaciones políticas, entendían que en momentos de grave crisis económica lo más apropiado era un ejecutivo sólido y fuerte, capaz de tomar decisiones difíciles, que nos permitiera salir del bache lo más pronto posible. Dos años después el balance no puede ser más decepcionante, más negativo en todos los aspectos, salvo para ese 13 por ciento de privilegiados que ha aumentado su riqueza, mientras la mayoría de la clase medía ve como disminuye su nivel de vida a índices que nunca pudieron imaginar.
Pero siendo grave que el paro siga impertérrito en los 6 millones, lo peor de todo es la falta de sensibilidad de algunos de los dirigentes del PP para con los más necesitados: parados de larga duración, estudiantes sin recursos económicos, enfermos crónicos, dependientes, mayores con pensiones ridículas, inmigrantes, etc, etc. Lo nunca visto en un país que si por algo se ha caracterizado era por su humanidad con los que menos tienen y más sufren. Un sentimiento que por lo que parece no afecta a esa clase política, a la que solo interesa que cuadren bien las cuentas, con total desprecio a las consecuencias de las medidas que están adoptando en todos los campos sociales.
Oír reiteradamente a la alcaldesa de Madrid hablar de los empleados de la limpieza de la capital de España como si de terroristas se tratase, me ha dejado estupefacta. Aún aceptando su preocupación por las consecuencias de la huelga, me sorprende que no haya tenido una sola palabra de aliento para esos 1.000 trabajadores, que se iban a quedar sin trabajo, o para esos otros 5.000 a los que se iba a reducir un 40 por ciento de su salario. Sueldos que en la mayoría de los casos apenas si llegan a los 1.000 euros, y que con los recortes se les quedan en 600. Una cifra indecente, con la que tienen que hacer frente a hipotecas, colegios de los hijos, luz, agua, ropa y comida.
Pero si la actitud de Botella es inaceptable en un político que está ahí para solucionar los problemas de los ciudadanos y no para crearlos, más lo es la actitud del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, quién al igual que la alcaldesa ha propiciado con la externalización del servicio de lavandería de los hospitales de Madrid, que se les intente rebajar el sueldo de sus trabajadores en otro 40%, lo que les dejaría al borde de la miseria.
Bajar los salarios de los empleados públicos, para beneficiar a las empresas privadas, me parece escandaloso, sobre todo si quienes lo hacen llegaron al gobierno prometiendo el oro y el moro.

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