MADRID, 25 (OTR/PRESS)
Bajo la untuosidad de la prosodia de González Pons no es difícil advertir las cuchillas de sus mensajes. Dialéctica de concertina. Como, también, la de Mayor Oreja. ¿Existe un instrumento de tortura que se avenga menos con su nombre que la concertina? Robado a la música, el nombre de la concertina ya no remite al acordeón pequeño, bandoneón casi, sino a la crueldad con los fugitivos del hambre. González Pons habla suave, quedo, educadamente para lo que se estila, pero cuando reivindica la honradez de su partido, parece sonar a amenaza. Ojo, cuidadito, que somos igual de honrados que todos.
No sé a cuánta gente conocerá González Pons, pero uno conoce gente mucho más honrada. A lo peor, no demasiada, pero sí alguna que, al contrario que los dirigentes del PP, no mienten sistemáticamente. En todo. Como si les fuera en ello la vida. También me consta la existencia de ciudadanos que no manejan una Caja B ni una Contabilidad B. Es más; hay millones que ya no tienen ni Caja A. Lo dice un juez, Ruz, pero antes ya lo había dicho el mismísimo custodio de esa Caja B del PP y algunos de sus beneficiarios, aunque antes aún de eso ya se lo maliciaba la gente. ¿Honrados como todos? Me dijo un día el extinto Lara, padre del actual editor, que nunca había conocido a un hombre honrado. Así lo publiqué, cual me lo dijo, sin haberme recobrado del estupor. Diríase que Esteban González Pons, tampoco. ¿Honrados como todos? ¿Tanto? ¿Tan poco? ¿Tan nada? ¿Tan nada como todos?
Siempre se sospechó de los chanchullos dinerarios de los partidos, de sus amiguismos y clientelismos, y no digamos de sus líos con los bancos. Al PSOE le pillaron en su día con Filesa, y lo pagó quedándose en un segundo sin sus «cien años de honradez». Al detalle, al menudeo, muchos de ése y de otros partidos, alcaldes, concejales y así, siguieron con sus cohechos y sus financiaciones delictivas. ¿Tan honrados como esos? ¿O tan honrados como los salteadores de los ERES? Debiera aclararlo el señor González Pons. ¿Tan honrados como quién?
Cuando quiera el señor González Pons de voz de concertina, le puedo presentar a personas verdaderamente íntegras y honradas. A lo peor, no a muchas, pero sí a las suficientes para que disponga de una referencia cabal. Dice que él, que los suyos, que su partido, son tan honrados como todos. Eso, ¿cuánto es? ¿De cuánta honradez estamos hablando?
