El Abanico – Un poquito de alegría, por favor


MADRID, 19 (OTR/PRESS)

No se si es sugestión, si es la iluminación que inunda las calles y plazas de las grandes ciudades, si es una realidad efímera, debido a que estamos en la víspera de las fiestas más consumistas y entrañables del año, o simplemente se trata de que estamos deseosos de que pase este 2013 de nuestros dolores para ver si el próximo año nos trae un poquito de alegría y buen humor, pero lo cierto es que tengo la sensación de que la gente está más animada, con ganas de gastar los cuatro euros que ha logrado ahorrar, quitándoselos de tomar el café con las amigas, o la cerveza con la familia los domingos por la mañana. Ojalá lo que parece una nube típica de las navidades sea el principio de una nueva etapa, ojalá.
Para comprobarlo hago una pequeña encuesta entre algunos comerciantes amigos, entre los taxistas que son el mejor termómetro de por donde van las marejadas financieras, y todos coinciden en que algo se está moviendo, muy lentamente pero moviendo, aunque habrá que esperar a Enero para ver si las ventas de ropa, de calzado, comida, continúan al alza o no.
La gente prefiere pensar que sí, pero les queda la duda, el miedo de años de recesión extrema, entre otras razones porque no se creen una palabra de los buenos pronósticos del Gobierno Central -tan animosos que parece que les hubiera tocado la Lotería a todos los ministros-, ya que si bien es cierto que han aumentado las exportaciones, también lo es que esa bonanza de la que tanto le gusta hablar a Rajoy, no se traduce en más empleo, en más estabilidad laboral, en contratos que permitan vivir con un mínimo de dignidad, tanto a jóvenes como a mayores.
Sobre todo a estos últimos, a los que han pasado los 50, para los que el panorama económico y laboral no puede ser más negro, mientras el Gobierno no haga planes de futuro para una generación que no sabe lo que va a ser de su vida a una edad en que más necesitaría alguna fuente de ingreso para hacer frente a los avatares de la madurez y de la vejez, ahora que las Comunidades y los Ayuntamientos suben los impuestos un día sí y otro también.
Alguien me dice que más preocupante que los mayores son los jóvenes, y yo mantengo que no, que los jóvenes tienen más posibilidades de acceder a un empleo, aunque sea precario, que los que habiendo llegado al ecuador de su vida laboral, todavía les faltan diez o quince años para poder jubilarse.

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