Carlos Carnicero – La Argentina de Cristina tropieza con la inflación


MADRID, 25 (OTR/PRESS)

El último periodo presidencial de Cristina Fernández va a coincidir con una explosión de la economía argentina. El primer colapso se produjo este fin de semana con la escalada de cambio del peso oficial que superó la barrera de los ocho pesos por dólar.

En dos meses, el peso pasó de un valor de seis a ocho. Y el llamado dólar blue, que es el cambio especulativo y clandestino, alcanzó el diferencial hasta los doce pesos. En ese momento, Cristina Fernández, desaparecida desde antes de Navidad, volvió a ocupar tímidamente el escenario.

El jefe de gabinete y el ministro de economía, Jorge Capitanich y Axel Kicillof, sorprendieron el pasado jueves con la noticia de que desaparecía el «cepo cambiario» y que los particulares, previa autorización de los organismos fiscales, podrían volver a adquirir dólares en el mercado fiscal. Pero la noticia está llena de interrogantes sobre las condiciones reales, y no se despejaran hasta la semana que viene.

La devaluación del peso argentino lastró la bolsa española y es previsible un relanzamiento de la inflación que ya está en cotas cercanas al veinticinco por cien anual, aunque las cifras oficiales lo reducen a algo más que el diez.

Negar la evidencia y medidas como pactos de precios de productos básicos, han sido la reacción sostenida de la presidencia argentina. Pero el acuerdo de precios se incumple sistemáticamente antes de que se seque la tinta de la firma.

Las reservas de divisas se agotan mientras el gobierno sigue emitiendo pesos para facilitar liquidez al mercado. La receta es letal. Argentina, desde la expropiación de YPF a Repsol, tiene muchas dificultades para conseguir financiación exterior y la inversión extranjera es una especie en vías de extinción.

El poder de los sindicatos facilita una expansión salarial paralela a las cifras reales de inflación. El futuro próximo no es nada aragüeño, sobre todo por la testarudez de la presidente argentina y de su pequeño grupo de poder.

El lunes, el mercado paralelo diagnosticará la credibilidad de las medidas adoptadas de las que no se conocen detalles. Pero la fuerte demanda de dólares en un país en el que nadie tiene confianza en el peso, dictaminará los próximos escenarios.

La batalla por la sucesión de Cristina se sostendrá en un escenario dramático con el recuerdo de la suspensión de pagos, el «default» de el año 2001. Se cumple el fatalismo de que Argentina tiene un ciclo de crecimiento seguido de un derrumbe.

Y de momento no hay alternativas creíbles en el horizonte.

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