Fermín Bocos – Los tres retos de Rajoy


MADRID, 3 (OTR/PRESS)

Clausuró Mariano Rajoy la Convención del PP en Valladolid anunciando un triple compromiso: frenar a Artur Mas, bajar los impuestos y acabar con la ETA. Mucho tajo. No son los Trabajos de Hércules, pero sí demasiada tarea teniendo sólo dos años por delante y tres citas electorales en el camino. Ya se sabe que en España hablar de elecciones se traduce en días y más días en los que los partidos se dedican a la propaganda. Quiere, pues, decirse que Mariano Rajoy dispone de menos tiempo del que resto de legislatura para cumplir sus tres retos. Cada uno más complejo que el de al lado y no todos al alcance de su voluntad.
Es el caso de la liquidación de la banda terrorista. La combinación de eficiencia policial y determinación de jueces y fiscales han colocado a la ETA en una situación de precariedad operativa que, como sabemos, llevó a la dirección de la banda a proclamar la suspensión de la «lucha armada». Amén de las presiones que reciben del entorno político (el mundo batasuno) para que el abandono de las armas sea definitivo, la opinión más extendida es que la Guardia Civil, el CNI y los servicios policiales franceses les tienen acorralados. Lo que no quiere decir -visto que no han entregado las armas-, que no puedan volver a las andadas. El riesgo de una escisión nunca se puede descartar. Pasó en Irlanda del Norte en la recta final de la disolución del IRA. No tiene porqué suceder aquí, pero es una posibilidad. Por eso digo que quizá haya sido mucho decir por parte de Rajoy que asistiremos al final del terrorismo en el plazo de lo que queda de legislatura.
Veo mucho más a su alcance el compromiso de frenar a Artur Mas en su deriva independentista. Le bastará con cumplir y hacer cumplir la ley. El 9 de Noviembre, Mas no podrá instalar urnas para celebrar el referéndum que pretende. Cosa distinta es que pueda convocar elecciones con apellido plebiscitario y seguir jugando a desestabilizar el sistema. Rajoy puede parar la consulta ilegal (el referéndum), lo que no podrá evitar es el desgarro político. El innecesario conflicto que quedará larvado en el seno de la sociedad catalana.
Respecto del tercer compromiso -la bajada de impuestos-, tengo para mí que será lo último que veremos y ya veremos en qué queda. No es cuestión de poner en duda la palabra del Presidente. Es que, vistas las grandes cifras de gastos del Estado (los intereses de la deuda, los plazos de los créditos a devolver, el número de desempleados subsidiados y las cuentas de la Seguridad Social), lo tiene muy, pero que muy difícil.
Por otra parte, en Valladolid, el ministro de Hacienda (Cristóbal Montoro) dejó dicho que de bajar el IVA, nada de nada. Vamos que se queda como está. Veremos en qué quedan los otros retos.

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