Fermín Bocos – Felipe y la cuestión catalana


MADRID, 4 (OTR/PRESS)

No todo es ambigüedad o lugares comunes en el discurso político capaz de refutar los argumentos de los partidarios de la independencia de Cataluña. A diferencia de otros que optan por jugar a la equidistancia, Felipe González tiene las ideas claras. La primera de todas que en democracia, fuera de la ley, no hay legitimidad.
En un interesante cara a cara televisivo con Artur Mas dejó claro que ni es posible ni sería deseable la separación de Cataluña. Ningún presidente del Gobierno de España -dijo- aprobaría la celebración de una consulta independentista. También fue directo a la hora de desmontar la trampa agazapado bajo el denominado «derecho a decidir». Recordó que, en términos históricos, para Cataluña y los catalanes, los últimos treinta años han sido los mejores de los últimos trescientos. También desnudó el argumento falsario de Mas cuando pretendía establecer un paralelismo con la situación de Escocia. Y dijo más, dijo que los dirigentes europeos con los que habla están «aterrados» ante la idea de que en un país de la UE pudiera prosperar un proceso de secesión de una parte del territorio en los términos ilegales que plantean los nacionalistas.
Cuando Mas habló de los nuevos estados surgidos en los Balcanes, Felipe le recordó que 300.000 personas no han podido ver el nuevo mapa político de la región. Se refería a los muertos y desaparecidos en la guerra civil entre serbios, croatas y bosnios. Artur Mas pasó de puntillas sobre el tema. Tampoco respondió cuando el veterano dirigente socialista le habló de la fractura social que viaja en el equipaje de la deriva secesionista.
En el análisis de Felipe no tiene asiento la equidistancia. No puede decirse lo mismo de algunos de los actuales dirigentes del PSOE. Sin ir más lejos, Susana Díaz, la nueva estrella emergente del socialismo post zapaterista. Para la presidenta de Andalucía -de paso por Barcelona- hay «separatistas y separadores». Dicho como lo dejó dicho tras entrevistarse con Artur Mas, es tanto como decir que quienes se declaran partidarios de la Constitución y del respeto a la leyes y, por lo mismo, contrarios a la secesión, son «separadores».
Tengo para mí que la señora Díaz debería repasar la intervención de Felipe González en el transcurso del cara a cara con Artur Mas. También sería de gran utilidad para sus compañeros en la dirección del PSC. Visto que el ex presidente del Gobierno acredita notable lucidez en relación con el problema generado por la aventurera ruta secesionista emprendida por los nacionalistas catalanes no estaría de más que en su partido tomaran nota. Sí así fuera, evitarían recaer en un pecado que en política resulta insoportable. Me refiero a la ambigüedad.

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