Victoria Lafora – Exasperante lentitud


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

Van pasando los años y los procesos judiciales que afectan a cargos públicos se atornillan en los juzgados de instrucción contribuyendo a la percepción de los ciudadanos de que vivimos en un país con una corrupción galopante que además sale gratis.
¿Se puede achacar únicamente a la lentitud de la Justicia el hecho de que aún no haya sido juzgado ninguno de los implicados en la Gürtel? En parte sí. El derecho procesal español es extraordinariamente garantista, cosa que no está mal; pero deja multitud de recovecos por los que abogados de renombre y amplias minutas, pueden maniobrar, enredando y dilatando la instrucción a beneficio de su cliente. Si, además, como ocurre cuando los procesos afectan a personas relevantes y con mando en plaza, se cuenta con la inestimable ayuda del fiscal las posibilidades se multiplican.
Cinco años después de salir a la luz el escandaloso robo de dinero público de los responsables de Gürtel, con la colaboración de destacados dirigentes del PP, no hay ningún responsable en la cárcel. Se acaba de hacer público un informe de la UDEF que confirma que las siglas PFC corresponden al ex ministro de Fomento Francisco Alvarez Cascos, quien, por cierto, veinticuatro horas después no había salido a dar explicaciones de las ingentes cantidades de dinero que, según la policía, habría cobrado en comisiones. ¿Para qué iba a molestarse el general secretario del PP si el poder le permitió hacer lo que le daba la gana?

De aquí a que lo imputen pueden pasar tantos años que, con la arrogancia que le caracteriza, pensara: «para entonces todos calvos». Porque no teme que sus ex compañeros de filas, los del PP, le conviertan en chivo expiatorio para desviar la atención de ellos mismos. Sabe demasiado de las finanzas del partido como para hacer saltar su estructura por los aires. Esa, la del pacto de silencio, la «omertá siciliana» es otra de las causas de la exasperante lentitud de la Justicia. Nadie colabora, nadie denuncia, todos tienen demasiado que callar.
¿Habría acabado el juez Elpidio con una acusación de prevaricación y apartado temporalmente de la carrera judicial si en lugar de meter en la cárcel a Blesa (que tiene el suficiente dinero para pagar la fianza por muy millonaria que sea) lo hubiera hecho con su vecino del quinto? Evidentemente no.
La Justicia es lenta porque los juzgados están saturados, faltos de personal, muchos sin informatizar. Pero, en los casos de corrupción política, lo es por la intromisión de todos y cada uno de los partidos defendiendo a los suyos como una casta intocable a la que difícilmente alcanza la ley.
Por eso Europa ha descubierto con horror que no era solo un problema de percepción ciudadana, si no que su socio, el Estado español, es, detrás de Grecia, el más corrupto de la UE. Incluso tenemos el triste honor de haber ganado a Italia. Esa Italia de Berlusconi, con las leyes amañadas a su favor, a quien con tanta superioridad mirábamos.

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