Siete días trepidantes – De la política mal entendida.


MADRID, 08 (OTR/PRESS)

¿Quiere quien corresponda entender la razón de la mala prensa de una casta política que, mes tras mes, sufre un duro varapalo en las encuestas de opinión? Pues para comprenderlo, como muestra, tres botones: lo sucedido en el Partido Popular andaluz hace dos semanas, lo sucedido en el PP vasco esta semana y lo que ha ocurrido en el Partido Socialista navarro hace pocos días. Tres ejemplos de cómo no debe gobernarse, tres indicios más, por si hiciera falta, de lo que no debería ser y, sin embargo, es.
Este comentario, desde luego, no busca culpabilidades personales ni tiene el más mínimo propósito de minusvalorar la capacidad política de nadie. Pero no me negará usted, amable lector, que la designación -alguien dirá que le votó, en lista única, el 98 por ciento de los asistentes a un congreso; eso no invalida lo que digo_ de Juan Manuel Moreno como líder de los «populares» andaluces no fue una auténtica chapuza, una muestra más de las querellas intestinas en un partido en el que el llamado «dedo divino» del líder es la suma razón, el definitivo argumento. Y lo mismo podría decirse del PP vasco, que, tras muchos capítulos loables, ha dado un clamoroso ejemplo de falta de transparencia, ausencia de participación militante en las decisiones y exceso de autoritarismo a la hora de elegir su nueva ejecutiva.
Claro que eso es casi nada en comparación con lo ocurrido en el PS navarro, de la mano irresponsable -siento decirlo_ de su secretario general, Roberto Jiménez Alli, que planteó una moción de censura sin base suficiente, y cima aliándose con Bildu, contra la presidenta Barcina, y que sufrió el revolcón de haber sido desautorizado por su propio partido. Y que, sin embargo, se resiste a dimitir, al grito de «el socialismo, en Navarra, soy yo». Resultado: una enorme grieta en el PSN, un disgusto para el PSOE, inmerso ya en los preparativos electorales y un baldón más para una forma excesivamente generalizada de comportarse en política. Porque ya digo que lo que he traído hoy aquí son apenas tres ejemplos, tres, entre otros bastantes; ¿cómo olvidar, sin ir más lejos, algunas cosas que están ocurriendo en la política catalana, en la valenciana, en la madrileña?. Pues eso.
Tengo que insistir, cuando parece que nuestro país comienza a recuperar algo de su prestigio internacional, en que los temas relacionados con la pura política nacional siguen siendo el peor lastre que sufre España como nación. En momentos en los que se busca un gran pacto contra la corrupción no debería olvidarse que precisamente esta corrupción nace y se nutre de las malas prácticas políticas, de la falta de transparencia y de participación ciudadana y militante, del continuo desoír las peticiones de los españoles cuando exigen reformas legales, una mayor dosis de democracia. Ya digo: lo del PP andaluz y vasco, lo del PS navarro, no son sino los estallidos últimos derivados de una forma tradicionalmente equivocada -no culpemos solamente a este Gobierno y a esta oposición- de hacer política.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído