Desde el parqué – La espada de la deflación


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

Los inversores esperaban que el BCE adoptara medidas para frenar la deflación en Europa y el Gran Mario, de momento, decepciona. La bolsa española ha vivido de hecho su peor semana desde enero, cuando los emergentes dieron el susto. Por el camino se ha dejado 400 puntos y prácticamente en un 4,5 por ciento.

Ahora, además de la inacción de Draghi hay que anotar las caídas bruscas de los índices norteamericanos, sobre todo el tecnológico, las tensiones entre Rusia y Ucrania. Los inversores han preferido estos días recoger beneficios a la espera de que verdaderamente el BCE haga algo.

En España, tuvimos la revisión del IPC de marzo y resultó ser una décima inferior al adelantado. Los precios siguen congelados, pero cerraron finalmente marzo con una caída del 0,1 por ciento. A pesar de la buena noticia de la vuelta a los mercados de Grecia y a tipos que no llegaron al 5 por ciento, la decepción ha marcado la actuación de los inversores.

Hay incluso analistas que no esperan un movimiento de la autoridad bancaria europea hasta dentro de algunas semanas. Hay, sin duda, en el horizonte algunas dudas sin despejar y esto es lo que atenaza a los inversores.

China se desinfla y los valores tecnológicos estadounidenses también.

En nuestro país, hemos tenido sin embargo, algún dato positivo. El crédito está volviendo de forma atenuada, pero regresando, y esto se está notando en el consumo y en la recaudación fiscal. Hoy ya se puede decir que nadie, excepto los desesperados de izquierdas a los que parece no convenir para su mensaje y sus huestes, observa mejoría en la economía española. No sólo lo dice el gobierno, sino cualquier analista que vea las estadísticas.

Cierto que el déficit público y la deuda siguen siendo una espada de Damocles y que habría que hacer más por el lado del gasto. Sin embargo, hasta el FMI va acercando sus previsiones a las del consenso de los analistas. Tenía razón esta semana el presidente del gobierno cuando en el Congreso le restó autoridad moral a Rubalcaba para opinar después de la situación dramática en que los gobiernos a los que ha pertenecido han dejado la situación económica.

Rajoy incluso sugirió que la oposición está nerviosa porque las cosas en general están mejorando. Es triste que un país que transita por la crisis más grave y más duradera tenga una oposición que «cuasi se alegra» de que la economía mejore, aunque piensen que sea a pesar del gobierno.

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