Francisco Muro de Iscar – ¿Quién decide hoy?


MADRID, 04 (OTR/PRESS)

Hay un excelente anuncio, creo que de Randstadt, que más o menos presenta una situación en la que alguien pregunta «quien viene esta noche». Y el preguntado responde: «Han confirmado Máster en Dirección de Empleo, Programadora Java con tres años de Experiencia, Técnico de compras con inglés, Experta en Relaciones Humanas con estudios de no sé qué etc.». El portal de empleo dice que el verdadero valor no está en los currículos sino en las personas. Me gusta el anuncio.
Me he acordado porque alguien podría preguntar también, visto el panorama de estos días, quién viene hoy, en esta España que se enfrenta a un relevo en la máxima autoridad del Estado, y quién tiene que decidir qué es lo que hay que hacer. Y se le podría responder: Políticos que durante cuarenta años no han sido capaces de prever esta situación y dejar bien atado un problema que todos sabíamos que podía producirse, pero que puede dejar a un Rey a la intemperie. Partidos que tienen que poner orden en sus filas porque algunos de sus representantes no quieren respetar la promesa que hicieron de cumplir y hacer cumplir la Constitución. Gentes que quieren traer la II República disfrazada como si fuera la III. Políticos capaces de traicionar su ideología y su historia para defender su huida hacia ninguna parte. Monárquicos que aspiran a recuperar lo que no han tenido en 40 años. Personas que quieren hacer un referéndum sobre la forma del Estado como si eso no estuviera definido constitucionalmente. Ciudadanos que descalifican al futuro Rey sin dejarle que aterrice. Y ciudadanos que esperan que el futuro Felipe VI solucione todos los problemas sobre los que no tiene ninguna competencia.
Solo un 0,2 por ciento consideraba que la Monarquía era un problema en España. El futuro Rey que va a inaugurar la cuarta década de la Monarquía actual en España, no tendrá una labor fácil. Seguramente tiene que saber que no se puede reinar sin prudencia, pero tampoco podrá hacerlo sin audacia. Y que los gestos son muy importantes. A lo que no puede renunciar es a la historia que su padre ha construido con esfuerzo. Y también debe saber que el cambio no lo puede hacer una sola persona porque es tarea de todos. A él le va a tocar el impulso y el empuje. Las decisiones son de otros, pero la figura del Rey es clave para que las cosas funcionen.
Tal vez tendría que copiar algunas cosas del Papa Francisco -alguien que también llegó por la abdicación de su antecesor- y que ha sabido ser él mismo y conectar gracias a su naturalidad con el mundo real. El político o el de la Curia vaticana son otra cosa. Sea usted, Alteza, como es ahora. Marque su estilo, escuche a los ciudadanos, hable con todos. Sea prudente, pero sea audaz. Se lo agradeceremos todos.

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