Escaño Cero – Capitán


MADRID, 09 (OTR/PRESS)

Se llama Capitán, es un burro que apenas tiene quince meses de vida y que ahora se recupera de las heridas producidas por tres desalmados, un adulto y dos menores, que se dedicaron a torturarle.
A Capitán le encontraron moribundo, con síntomas de desnutrición y deshidratación. Estaba perdido en una plaza de un barrio de Almería y una sociedad protectora de animales que se denomina «La huella roja» se hizo cargo de él librándole de la muerte. Según he leído en la prensa andaluza, unos niños le contaron a su profesora sobre las torturas a las que alguien estaba sometiendo al burro.
He escrito en numerosas ocasiones que el grado de civilización de un país también se mide por como trata a los animales y es evidente que en este capitulo España pierde estrepitosamente para vergüenza de todos.
La historia de Capitán es la historia de otros muchos animales, perros, gatos, toros, vaquillas, etc, que tienen la mala suerte de encontrar en su camino a auténticos sádicos, a gente sin escrúpulos, a sicópatas, a mala gente. Porque hay que ser muy mala persona, hay que ser realmente malvado para abandonar a un perro, o para maltratarlo, o torturar a un burro como han hecho con Capitán.
Me pregunto qué clase de personas son esos tres torturadores, ese adulto y esos dos adolescentes que se han dedicado a torturar a un pobre burro. Realmente además de que recaiga sobre ellos todo el peso de la ley deberían de ser tratados por un siquiatra que sea capaz de encontrar el mecanismo que les ha llevado a esa acción repugnante. La ministra de Medio Ambiente ha anunciado que se va a legislar para que la adquisición de mascotas se haga de manera responsable. Bien vendrá esa ley, pero sobre todo es necesario endurecer las penas para proteger a los animales de los malos tratos y torturas de los humanos.
Ese adulto y esos dos menores merecen un castigo ejemplar. Pero también es evidente de la necesidad de una reflexión por parte de toda la sociedad sobre el trato a los animales. En nuestro país se celebran durante las fiestas en los pueblos actos que son propios de sicópatas porque consiste en torturar a algún animal. Tirar una cabra desde un campanario, torturar una vaquilla, encender las astas de los toros, etc, forman parte de algunas fiestas populares. Me parece que ha llegado la hora de que desde las instituciones se prohíban este tipo de actos en las fiestas populares y que desde la escuela se eduque en el respeto a los animales.
Quienes participan en ese tipo de fiestas que consiste en maltratar a un animal a mí me producen una profunda náusea y pienso que esas personas realmente están enfermas de violencia.
El hombre es el único animal que tortura. El resto de las especies cuando mata lo hace para comer, para sobrevivir, por miedo, pero no por el placer de dañar a otro ser vivo. Los torturadores son lo peor de la especie humana, también los torturadores de animales. Me alegro de que Capitán se haya salvado y espero que ese adulto y esos dos menores reciban un castigo ejemplar.

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