Cayetano González – Los retos de Pedro Sánchez


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

El nuevo secretario general del PSOE -su elección tendrá que ser formalmente decidida por el Congreso extraordinario que los socialistas celebrarán el 26 y 27 de este mes- tiene por delante una ingente tarea, que se puede resumir en el siguiente objetivo: evitar que el PSOE acabe siendo un partido marginal en el mapa político español, o si se prefiere un enunciado más positivo, hacer que el partido fundado por Pablo Iglesias vuelva a ser el referente principal de la izquierda en nuestro País.
Pero antes de avanzar por la senda de los retos que tiene Pedro Sánchez, lo primero que habrá que hacer es felicitar al PSOE -y en esto el candidato perdedor Eduardo Madina tuvo mucho que ver- por hacer por primera vez en su historia unas primarias entre sus militantes para elegir a su secretario general. Con esta práctica, el PSOE ha sentado una práctica que de alguna manera todos los demás partidos, principalmente el PP, tendrán que imitar si no quieren verse superados por los acontecimientos. Además, en las primarias de este domingo ha quedado demostrado que cuando a la gente se le deja votar y decidir, lo hace. Un 66% de participación en un caluroso domingo del mes de julio pone de manifiesto que los ciudadanos, en este caso los militantes del PSOE, han querido participar en una toma de decisión muy importante para el futuro de ese partido.
Ahora, lo más urgente que tiene el nuevo secretario general del PSOE entre manos es recuperar la autoestima de una militancia y de unos votantes, que se ha desplomado en las dos últimas veces en que los ciudadanos han sido llamados a las urnas: en las elecciones generales de noviembre de 2011 y en las más recientes elecciones europeas del pasado 25 de mayo, donde los socialistas tuvieron el peor resultado de su historia. La tarea no va a ser fácil, porque en el espacio de la izquierda ha surgido un nuevo fenómeno llamado Podemos, que amenaza con arrebatar al PSOE esa hegemonía que este partido ha tenido en ese espacio electoral desde la transición política.
El problema es que si en ese afán por competir con Podemos, Pedro Sánchez lleva a su partido a una posición de izquierda radical -y da toda la impresión que pretende ir por ahí- el riesgo de perder ese pulso con la nueva formación es grande, amén de que dejaría todo el espacio de centro al PP. Otra cosa es que el partido de Rajoy sepa o esté en condiciones de recuperar asimismo al electorado que se ha dejado en el camino en estos casi tres años que lleva gobernando. Lo lógico es que el nuevo secretario general del PSOE intentara resituar a su partido en el espacio de la socialdemocracia, con un discurso nacional igual en todas partes. Pero ya se sabe que la lógica y la práctica política suelen estar frecuentemente reñidas.

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