Carmen Tomás – Zapatero a tus zapatos.


MADRID, 7 (OTR/PRESS)

La Junta de Andalucía ha solicitado al Banco de España que le permita contar con un banco público. De conseguirlo, sería la primera comunidad autónoma en disponer de una entidad pública bancaria. Parece que a Susana Díaz no le ha parecido suficiente la experiencia nefasta que ya hemos tenido con las cajas de ahorro. Hay que recordar estos días y no sólo a la luz del escándalo de las tarjetas opacas descubiertas en Caja Madrid, que el sistema financiero español ha tenido que ser rescatado con miles de millones de euros básicamente por la mala gestión que los políticos han hecho de estas instituciones. No sólo se está investigando la mala gestión de los dirigentes de la caja madrileña, sino que prácticamente todas han quebrado y en ellas se han concentrado todas las malas prácticas posibles de una institución financiera. Son sonados los escándalos de pésima gestión en la Caja Castilla-La Mancha, en Caixa Cataluña o en la Caja de Ahorros del Mediterráneo o en Novacaixagalicia, cuyos directivos tiene procesos abiertos ante la justicia por diversos delitos, todos relacionados con las malas praxis bancarias. Más de cien directivos y consejeros están imputados por distintas razones, entre ellas favores políticos y personales que llevaron a las cajas a la quiebra y también por la venta de productos poco o nada claros como las preferentes.
Con este panorama encima de la mesa, Susana Díaz quiere volver a las andadas de poner una institución financiera al servicio de sus intereses políticos, ya veríamos si también personales. La excusa para esta petición al Banco de España es lógicamente dar crédito a las pequeñas y medianas empresas. Pero, con qué criterio se daría ese dinero, a qué empresas, a qué personas, en qué condiciones. Ya hemos visto cómo la Junta de Andalucía ha manejado los fondos para políticas de empleo o de formación. Va a hacer lo mismo con un hipotético banco público. No está teniendo suficiente la señora Díaz con los escándalos que aún tiene por resolver y en los que por cierto su colaboración es bastante escasa por no decir nula. Esta querencia por la banca pública es muy de la izquierda. De hecho fue un gobierno socialista, el de Felipe González, el que a propuesta de Fernández Ordóñez, dio entrada a los políticos en las Cajas, y así nos ha ido. Dejando hacer y mirando para otro lado entonces y después, siendo incluso Fernández Ordóñez gobernador del Banco de España. La experiencia debería ser suficiente para dejar que cada uno haga lo que sabe hacer y los políticos y sindicalistas han demostrado que no saben hacer banca.

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