MADRID, 18 (OTR/PRESS)
El mes de octubre se ha ganado la mala fama a pulso. Y el de este año, al menos de momento, ya nos ha proporcionado serios disgustos. La bolsa española ha vivido una semana convulsa, aunque quizás se han exagerado algo las cosas. El IBEX ha mostrado en cinco días su cara más negra y más blanca. La segunda mayor caída del año y la mayor subida del año. La volatilidad se ha hecho presente y el desencadenante ha tenido muchas caras. Finalmente el lunes el selectivo español arrancará muy cerca de 10.000 puntos y ha logrado prácticamente no mostrar pérdidas en el año. En apenas cinco días el IBEX se ha dejado un 1,9 por ciento y muchas dudas.
Ahora todos los analistas se preguntan si esta profunda corrección, algo limada el viernes, va a seguir en los próximos días y si octubre ya ha enseñado su peor cara. Hay opiniones para todos los gustos, aunque hay que decir que son mayoría quienes piensan que aún podemos ver al IBEX renqueando más jornadas, pero subiendo a final de año. Otros como José Luis Martínez Campuzano decía en ABC que «estas caídas de los mercados son el mejor antídoto contra la posibilidad de que el escenario económico y financiero vaya a peor en el futuro y realmente se nos escape de las manos».
Es cierto que estos días han confluido malos datos de China, de Europa e incluso alguno de Estados Unidos, aunque el viernes publicó otros mejores. La ralentización del crecimiento mundial está presente y da miedo. También la tan manoseada ya posible tercera recesión en la eurozona. Con fundamento o sin él, los inversores entraron en modo pánico, se pagaron más intereses por la deuda pública, subió la prima de riesgo y el petróleo seguía perdiendo precio por el exceso de oferta. Al final de la semana algunas cosas se han ido corrigiendo, pero no hay que descartar que otra cascada de malos datos vuelva a insuflar el miedo.