Francisco Muro de Iscar – No sean estúpidos.


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

El principal problema político de España, aquí y ahora, se llama Cataluña. El principal problema económico se llama cinco millones de parados. El principal problema social es la desafección social, un asunto en el que la corrupción es la primera causa. Los políticos que mandan y los del principal partido de la oposición no parecen haberse enterado. Y, desde luego, el que capitanea Artur Más en Cataluña no es que no se haya dado cuenta de nada, es que está escondiendo los problemas reales y llevando a Cataluña, y en buena medida a España, a la ruina política y económica. Si Mariano Rajoy o Pedro Sánchez se sorprenden de lo que dice la encuesta del CIS es que, efectivamente, están mirando para otro lado y se están ganando a pulso pasar a ocupar un papel marginal en la política española y un espacio en negro en la historia reciente de España.
Artur Mas está llevando a Cataluña al abismo económico y social, pero PP y PSOE deberían ser capaces, por una vez, de buscar un acuerdo y hacer una planteamiento que ponga fin a una aventura suicida. Si no lo hacen, la economía y la paz social van a retroceder décadas.
Los grandes empresarios españoles han lanzado un plan de choque para mejorar el empleo en España y les han llovido las críticas y las descalificaciones, en lugar de sentarlos a una mesa, junto con los representantes del Gobierno, del PP y del PSOE -también deberían estar los de la patronal y los de los sindicatos, al menos- de la que no debería levantarse nadie hasta cerrar un pacto que dé alguna esperanza concreta a cuatro millones de desesperados, la mitad de los cuales ya no cobra ningún subsidio. Yo no valoro si el plan de la gran empresa es humo o es bueno, pero sí sé que los servicios oficiales de empleo, el antiguo INEM, son incapaces de encontrar trabajo a nadie y que no se han puesto en marcha mecanismos suficientes para crear empleo de verdad. Estamos sentados sobre un polvorín, sólo protegido por el gran colchón del apoyo social de las familias. Pero ese colchón empieza a tener agujeros porque hay más de un millón de hogares donde no entra ningún salario.
La desafección social ha llegado ante la evidencia de toda la corrupción que nos ha rodeado durante estos años, con los partidos políticos mirando intencionadamente hacia otro sitio, cuando no lucrándose de ella. Ya no valen los gestos. Hay que tomar medidas, hay que echar a los corruptos, hay que renovar las listas, hay que firmar un compromiso público frente a la corrupción y por la transparencia… salvo que quieran que les sustituya un partido emergente, con un programa político y económico que nos llevaría desde el peor populismo a ser la Venezuela o la Argentina de Europa, sin crédito internacional, sin inversores, sin control del gasto y con la mayor presión fiscal del mundo. Eso es lo que dice el CIS. Pero no se enteran. Siguen mirándose el ombligo. ¿Dejarán de ser estúpidos y escucharán a los ciudadanos?

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