Basta de corrupción. Regeneración urgente, ¡ya!


No sé hasta cuándo resistirán los ciudadanos el espectáculo en tiempo real al que estamos condenados. Aunque a decir verdad, la encuesta del CIS, cocinados y aliños aparte, muestra un hartazgo y una tendencia sin precedentes, que se sustancia en la ascensión del partido radical de extrema izquierda y la abstención de los votantes del Partido Popular. Esto augura una configuración parlamentaria inimaginable un tiempo atrás, en el que el bipartidismo parecía algo instaurado e inamovible. No nos esperan tiempos buenos, pero no vamos a permitir que el miedo a la inseguridad que nos provocan los “cocos” de turno, nos hagan conformarnos con los vividores que no merecen nuestro apoyo en forma de voto. Así las cosas, tenemos que darle las gracias a Mariano Rajoy y a su equipo de gurtelianos y simpatizantes de las guerras púnicas, por meternos a lo más trasnochado y radical de la izquierda en casa, es decir, en los escaños de Europa, y pronto, de España, y lo que es peor, en la misma Moncloa.

La corrupción que hasta ahora se había mantenido camuflada, ha estallado cual bomba de relojería en la cara de políticos, banqueros y empresarios cercanos al poder. Lo que diga Cayo Lara sobre los imputados de IU me importa poco, y lo que arengue Pedro Sánchez, el guapo escudero de Susana Díaz, tampoco. Ella está donde está por ser mano derecha y mujer de confianza de Chaves y Griñán, adalides de la corrupción andaluza. Hay que repetirlo, para que no pase al archivo de los temas prescritos. Ciertas acciones no deberían prescribir nunca. Pero a quien exijo responsabilidades es a los que han utilizado mi voto prestado para incumplir su programa electoral, subiendo impuestos, cargando contra los que menos pueden, y actuando zapaterilmente en temas candentes como el terrorismo y la unidad nacional.

Al Partido Popular no paran de crecerle enanos, pero es que llevan mucho tiempo abonando el terreno. Me dice un confidente que lo que hemos visto hasta ahora es solo la punta del iceberg. En la lista Falciani hay nombres relevantes del PP, algunos con cargo en el Gobierno. Lo saben y están haciendo lo posible porque esta información no vea la luz. Mientras esto ocurre, el presidente y los barones se reúnen en Cáceres para tratar, entre otros asuntos, sobre “prácticas de buen gobierno”, y les salta a la cara la bomba fétida de Monago. El senador se pagaba los viajes para ver a su amante, Olga María Henao, con dinero público. Ella, moza guapa al más puro estilo colombiano, parece ser el terror de los hombres del PP. Un diputado de Aragón, Muñoz Obón, tuvo que dimitir porque así se lo exigió Luisa Fernanda Rudí, tras descubrirse que también bebía los vientos por la colombiana, y también iba a verla a Tenerife a costa del erario público. La chica va de víctima y modosa, pero visto lo visto, no descartamos verla a no mucho tardar en las páginas de Interviú, en compañía de Olvido Hormigos y demás fauna de gran hermano. ¡Hombres! Me pregunto quién habrá lanzado la bombita Monago y quién sabía que eso iba a suceder. Lo digo porque todos tienen dossieres, unos de otros, y todos ellos se temen. ¡El político es un lobo para el político! Sobre todo para los del propio partido.

Dinero público también se embolsaron, presuntamente, la Infanta y su marido. Vuelve a ser noticia el caso por la desimputación de ella por blanqueo de capitales. La corrupción está presente en este caso por partida doble: por un lado, la voracidad de los delincuentes –Infanta y Duque empalmado (sic)— que saquearon las arcas aprovechando su situación de privilegio, y por otro, la supuesta prevaricación de las instituciones –Fiscalía, Hacienda y el propio Gobierno—al ponerse al servicio del delito. Lo de las facturas simuladas y todo lo que rodea el caso, incluida su declaración ante el juez Castro, es de traca. Una de las mayores vergüenzas de los últimos años. ¡Y todo por amor!

Y por amor también fue lo de Maite Zaldívar e Isabel Pantoja, mujer y amante del heredero del cetro del inefable Jesús Gil, que en paz descanse. Pero su amor no era de sangre azul como el de Cristina de Borbón. Ellos no llevaban el dinero en bolsas de basura ¡menuda horterada!, sino en limpios asientos bancarios, o como mucho, en maletines glamurosos de Louis Vuitton. La gran diferencia es que una ya ocupa celda en la cárcel –nada que ver con el apartamento de Guadalpín—, y la otra ya está de camino. No ha habido piedad para ellas, a pesar de no saber de finanzas. ¿Alguien dijo que la justicia es igual para todos? A Pantoja incluso le han retirado la medalla de Andalucía. ¿Cuándo se hará justicia con Chaves, Griñán y Zarrías?

¿Qué hacer ante este panorama? Lo dije antes. No regalar el voto por miedo. La derecha necesita un buen escarmiento. Urge la regeneración política, pero la regeneración no puede llegar de la mano de quienes han arrebatado la confianza de los ciudadanos y han saqueado las arcas públicas, llevándoselo crudito o privatizando en su favor o en el de sus amigos. La regeneración solo tendrá lugar cuando se vayan al exilio todos los que ahora ocupan cargos de responsabilidad y quienes los apoyan. Desde Mariano Rajoy al último concejal de barrio. Los grandes partidos tienen que pasar por un tratamiento de quimioterapia. Hay que borrar cualquier traza de la enfermedad para evitar recaídas. Se les caerá el pelo, sí, pero es la única solución. Si no, nos quedaremos todos calvos, ¡pero de asco!

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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora, pertenece al Foro de Comunicadores Católicos.
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
Directora de Ourense siglo XXI
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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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