Fermín Bocos – Brasil no se lo merecía.


MADRID, 3 (OTR/PRESS)

La diplomacia española cumplió con su papel el día primero de año en el acto de la toma de posesión de Dilma Rousseff como presidenta de Brasil. En nombre del Reino de España asistió nuestro embajador, Manuel de la Cámara. Quien estuvo ausente fue la política. Ningún miembro de la Casa Real ni del Gobierno asistió a la ceremonia. En el registro de la más alta magistratura del Estado semejante ausencia se presta a la ironía si caemos en la cuenta de que tenemos dos reyes y dos reinas-situación insólita, por cierto, en nuestra Historia.
Excusado el ministro de Asuntos Exteriores, de gira y con agenda relacionada con la presencia de España como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, en el plano que concierne al Gobierno, ni del Presidente ni de ningún otro ministro aparecía programada actividad relevante para el día 1 de enero. De ahí deriva la sorpresa, visto que en la relaciones políticas con Brasil no hay contencioso ni sombra conocida y que las relaciones comerciales son inmejorables. Con decir que las inversiones españolas superan los 65.000 millones de euros se constata que es el país de Iberoamérica en el que más intereses empresariales tenemos. Un dato más que abona la perplejidad que provoca la ausencia de un representante español de rango superior al de embajador. Sobre todo visto que hace unos meses Mariano Rajoy se desplazó hasta Panamá para asistir a la toma de posesión de Juan Carlos Varela y lo propio hizo el Rey Juan Carlos viajando hasta Bogotá para acompañar a Juan Manuel Santos como reelegido presidente de Colombia.
La prensa -sobre todo la poderosa televisión brasileña- se ha hecho eco de la ausencia. Por decirlo en un registro, frívolo sí se quiere, pero importante en términos de imagen de país, en aquellas tierras valoran mucho a los miembros de la realeza europea. Washington, pese a que mantiene un largo contencioso con Brasil en razón de los protocolos de seguridad aeroportuarios y más recientemente por obra de las escuchas ilegales realizadas por la NSA a relevantes personalidades brasileñas, envió al vicepresidente Joe Biden. Aquí ,en las alturas, hay quien ha empezado el año en brazos de Ergía, la diosa de la pereza. Hay quien no acaba de entender que según qué tipo de «molestias» entran en el sueldo .Desde luego, los amigos de Brasil no se merecían un feo como éste.

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