Escaño Cero – «Una solución»


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

Parece que el ministro Alonso está reaccionando ante las demandas de los enfermos de hepatitis C que reclaman el acceso a un medicamento que puede ayudarles a combatir la enfermedad. Y escribo «parece» porque si bien desde el ministerio de Sanidad se asegura que se van a revisar los protocolos de acceso a este medicamento aún no hay una concreción de cuando y a quienes. Una cosa es decir que el medicamento se facilita a los enfermos graves y otra generalizarlo. Y ahí está el quid de la cuestión.
En cualquier caso es indecente que a miles de personas se les esté colocando en el abismo de una muerte segura si no acceden al medicamento, que existiendo, puede salvarles la vida. Y eso es exactamente lo que viene con los enfermos de hepatitis C, a los que nuestro sistema de salud les niega, salvo en casos contados, un medicamento llamado Sovaldi, que cuesta 25.000 euros. Sí, es una cantidad tremenda, y hay que preguntarse y preguntar al laboratorio que lo fabrica el porqué de tan exagerado precio.
El nuevo ministro de Sanidad, Alfonso Alonso tiene que dar una respuesta urgente a ese grupo de enfermos de hepatitis C que mantienen un encierro en el madrileño hospital del 12 de Octubre intentando que la sociedad entera se entere de, la tragedia por la que están pasando. No bastan buenas palabras, sino una solución.
Es evidente que el ministro debería de poner «firme» al laboratorio que fabrica Sovaldi. Nadie debería poder enriquecerse a cuenta de las enfermedades de los otros.
Lo cierto es que según la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C, todos los días hay personas que mueren en nuestro país porque no puede acceder a este medicamento. Hasta ahora a los médicos del sistema público solo se les permite recetar Sovaldi a determinados enfermos a pesar de que se sabe que este medicamento tiene un alto índice de curaciones.
Además de que el ministerio de Sanidad ponga los puntos sobre las «ies» al laboratorio que fabrica Sovaldi, también se me ocurre que se puede ahorrar en unas cuantas partidas presupuestarias. Hay mucho dinero público que se gasta con demasiada alegría en cosas innecesarias mientras que se racanea en gastos que, como en este caso, suponen la diferencia entre la vida y la muerte.
La Mesa de Defensa de la Sanidad Pública ha vuelto a la calle. Es de suponer que lo continuara haciendo en el resto de España si no hay una respuesta adecuada, además, insisto, de promesas inconcretas por parte del ministerio de Sanidad, porque es imprescindible que la sociedad se movilice para exigir a las autoridades que den respuesta a este problema que no es que sea urgente, es que afecta a la vida de unos cuantos miles de ciudadanos que si no son tratados con Sovaldi se les condena a una cita irremediable con la muerte.
El ministro Alfonso Alonso debería de tener como prioridad dar una respuesta inmediata y satisfactoria a esos enfermos. Y si es antes de que termine el año, mejor que mejor. Sería le mejor manera de estrenarse.

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