Luis del Val – Líos de padre y muy señor mío.


MADRID, 15 (OTR/PRESS)

Si a cualquiera de nosotros, un día, nuestra madre nos dice que no fue la casta y virtuosa mujer que suponíamos, sino que se fue a Brighton de vacaciones, y estuvo tres días con el Duque de Windsor ¿podemos solicitar una prueba de paternidad al Duque de Windsor?

Dicen que hay un acta notarial, pero el notario no da fe de los coitos, porque no se suele llamar a los notarios a las alcobas, sino que da fe del recuerdo que tiene los declarantes sobre hechos ocurridos hace años, y, de hecho, el notario no me pondría ningún inconveniente si le cuento que Sofía Loren y yo tuvimos un lío cuando estuvo rodando en España El Cid, o si declaro que no conocí jamás a la Loren, porque al notario le da igual, y constata lo que le dicen, sin que tenga obligación de pedir pruebas. Como si le cuentas que no tuviste nada que ver con la cogida y muerte de Paquirri.
A mí me produce mucho respeto la búsqueda de la paternidad biológica, a la vez que me sorprende que a los limpiabotas, a los recogedores de basuras o a los reponedores de mercancías en supermercados, nunca les salgan hijos reclamantes de paternidad. ¿Son más castos que el resto de la sociedad? Los limpiabotas ¿sólo tienen sexo dentro del matrimonio? El hecho de dedicarse a la recogida de basuras ¿lleva aparejada la abstinencia de la carne y la garantía de la pureza?

Asimismo, suponiendo que el Duque de Windsor se aviniera a la prueba de paternidad, si el resultado fuera negativo, ¿el peticionario no tendría que abonar nada por las molestias que ha causado al Duque, a su familia, y los gastos originados en los juzgados? Y resulta curioso que todo el mundo sea inocente mientras no se demuestre su culpabilidad, menos en estas circunstancias donde la negativa a la prueba supone la condena. Lo que se llama un lío de padre y muy señor mío.

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