Fermín Bocos – El «sorpasso»


MADRID, 6 (OTR/PRESS)

La arrogancia es mala compañera de viaje. Acaba en ceguera. Arrogante fue calificar a Podemos como una secuela «friki» del 15M sin más trascendencia. Ya nadie ha vuelto sobre ese metalenguaje. Las encuestas han encendido las alarmas. Ahora todo son cábalas acerca de si este movimiento que irrumpe con tanta fuerza en los sondeos como para superar al PSOE en intención de voto tendrá tiempo para organizarse y elaborar listas de cuadros y sí dispondrá de financiación transparente para poder hacer campaña.
Las próximas citas electorales están a la vuelta de la esquina y más allá de su probada capacidad de movilización –la manifestación del 31 de enero en Madrid fue ilustrativa al respecto–, está por ver si será capaz de plantear un programa de opciones y acciones concretas que pueda llevar al ánimo de los votantes que es algo más que un altavoz o un banderín de enganche para los desahuciados por la crisis o aquellos que quieren expresar su repudio a tantos y tantos casos de corrupción. Algunos de ellos –caso Bankia–, todavía por juzgar; otros — delitos fiscales del clan Pujol–, bajo fundadas sospechas de impunidad prolongada en el tiempo. Podemos es el hijo airado nacido de la crisis. De la crisis y de su secuelas más lacerantes: el paro, los recortes en las prestaciones, el empobrecimiento de las clases medias, las podas en servicios esenciales como la sanidad y las quitas de pagas a los funcionarios.
De la amargura de tantos catalizada en respuesta política a la insolencia de quienes, tras haber generado las condiciones que desembocaron en el hundimiento de parte del sistema financiero –la estafa de las «subprimes» y sus hijuelas autóctonas: las preferentes–, han hecho creer a la gente que eran los culpables de la crisis «porque habían vivido por encima de sus posibilidades».
De todo eso y de la esclerosis del bipartidismo que nació tras el 78 es hijo Podemos. En términos de laboratorio, también, es el fruto de un cambio de estrategia dentro de la izquierda radical española. Siguiendo las enseñanzas de Antonio Gramsci, sueñan con el «sorpasso»: ser la fuerza hegemonica de la izquierda a costa de mandar –vía PASOK– al Partido Socialista a los libros de Historia. Y en eso están. El primer paso será fagocitar a IU. Después –si no se produce un reacción vigorosa en la cúpula del PSOE–, vendrán los restantes. Será clave lo que pase en las elecciones convocadas en Andalucía.

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