NO ME LLAMES EXTRANJERO
No me llames extranjero,
llámame desesperado,
porque si hasta aquí he llegado
es porque estoy que me muero.
Yo vivir ya más no quiero
en la tierra que me ha criado,
porque estoy débil y hambreado
y al borde del desespero.
Llego a ti casi arrastrado,
muy harto de hambre y de miedo,
no me apuntes con el dedo
como a un inmundo apestado.
Si te precias de cristiano
mírame como tu hermano.
___________________
Por Salvador Freixedo
Último libro del autor:
«TEOVNILOGÍA»
✉ [email protected]
☆ Suscripción gratuita