MADRID, 11 (OTR/PRESS)
Si como publica la revista «¡Hola!» Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa mantienen una fuerte amistad, no cabe duda de que la viuda de Boyer es una mujer de suerte. Tiene «baraka». Un halo especial y misterioso con el que ha logrado enamorar a hombres tan diferentes y prestigiosos como Julio Iglesias, el Marqués de Griñón, Miguel Boyer y ahora el flamante Premio Nobel de Literatura. Cuatro historias que corroboran su fama de reina de corazones, capaz de mantenerse en el pódium de la fama desde que en 1971 contrajera matrimonio con el autor de «Gwendolyne».
Cuarenta años durante los cuales ha demostrado que no hay barrera que se le resista no solo en el plano sentimental, también en el profesional, porque si bien es cierto que cuando empezó a despuntar en las revistas especializadas no había hecho nada digno de resaltar, salvo haberse casado con un cantante que apuntaba alto y ser la madre de tres retoños, también lo es que hace treinta que se convirtió en la imagen de Porcelanosa, lo que le ha reportado y le sigue reportando pingues beneficios, que le permiten vivir y vivir bien sin depender económicamente de ninguno de sus maridos. Un dato a tener muy en cuanta cuando se habla con total desconocimiento de causa de la desmedida ambición de Isabel Preysler.
Que la mujer de Vargas Llosa haya sacado un comunicado negando lo que parece evidente, no demuestra nada. Quiero recordar que cuando se publicaron en «¡Hola!» unas fotos de Felipe González con Mar García Vaquero, su actual mujer, la más sorprendida fue Carmen Romero, a quién su marido había dejado dos días antes su regalo de cumpleaños, ya que él por encontrarse de viaje no podía acompañarla en un día tan especial.
No ha sido el único caso: Alicia Koplowitz se enteró del romance de su marido Alberto Cortina con Marta Chávarri, cuando la revista «Diez Minutos» sacó a la pareja saliendo de un hotel en Viena. Lo que demuestra que el o la última en enterarse siempre es una de las partes.
El hecho de que en la recepción que cada año celebra Porcelanosa en el Palacio de Buckingham en honor del Príncipe Carlos de Inglaterra, asistiera como invitado el flamante Premio Nobel, sin la compañía de su mujer, demuestra que la relación que mantiene con Isabel es muy estrecha y cómplice. Más de lo que ha sido hasta ahora. Sin embargo habrá que esperar para ver cómo se desarrollan los acontecimientos a partir de que ha saltado la noticia, en una publicación que no solo es la revista de cabecera de la familia Preysler, sino que fue precisamente durante una entrevista que le hizo Isabel a Mario Vargas Llosa, cuando se conocieron hace ya más de veinte años.
Si como parece el escritor ya no convive con Patricia, su mujer durante más de cincuenta años, nada le impide empezar una nueva vida.
