Antonio Casado – Ayuntamientos pactados.


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

Este sábado es día de constitución de gobiernos municipales. Al menos en los Ayuntamientos ha terminado el ruido de pactos con el que políticos y periodistas hemos aburrido al personal. Ha sido una atmósfera especulativa con tendencia a quedarse en caldo de cerebro. Se acabó. Ya tenemos la fumata blanca en el ámbito político más cercano a los ciudadanos. Como veremos este mismo sábado, ha habido de todo según las afinidades, la matemática electoral y las circunstancias de lugar.
De los consorcios establecidos para facilitar la puesta en marcha de los 8.122 ayuntamientos, y una Comunidad, la andaluza, cuyo gobierno estuvo pendiente de formarse hasta el jueves pasado, se deduce que se han dado toda clase de combinaciones, excepto las de PP-Podemos y PSOE-Bildu, que no han llegado ni a los pueblos más pequeños, salvo error u omisión. Así que los estados de opinión se han creado en relación con lo ocurrido en capitales de provincia y grandes ciudades.
Nos quedamos, por ejemplo, con la presión que los dos partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, han hecho sobre los dos grandes, PP y PSOE, para elevar su nivel de compromiso en la lucha contra la corrupción. Más tasado en el caso de Ciudadanos, cuyo umbral de tolerancia para la exclusión de un político ha sido la simple imputación judicial. Corre un gran riesgo el partido de Albert Rivera porque es bastante fácil «fabricar» un imputado. Basta con que un juez admita a trámite una querella respecto al adversario político del querellante.
Como Podemos no se presentó con sus siglas a las elecciones municipales, los climas de opinión sobre los pactos que vienen en las trece autonomías que salieron al concurso de las urnas el 24-M, se han creado a título preventivo, salvo en Andalucía, que estaba pendiente y donde el partido de Iglesias quedó fuera del pacto de investidura de Susana Díaz. En general, apuntan a una especie de miedo a las fuerzas del mal aireado desde Moncloa y Génova, con la valiosa colaboración de significados dirigentes o ex dirigentes socialistas como Tomás Gómez, Bono, Zapatero, Madina y otros, coincidentes en señalar el riesgo de que el PSOE se radicalice si se echa en brazos de Podemos.
Esa campaña ha sido aprovechada por Albert Rivera para reforzar su imagen de partido fiable, centrista, moderado y abierto a entenderse a derecha e izquierda. De ahí su ofrecimiento de ultima hora para desatascar la investidura de Susana Díaz (PSOE) como presidenta de la Junta de Andalucía y, al tiempo, favorecer la de Cristina Cifuentes (PP) en Madrid.
En cuanto al impacto de la campaña en interiores de la pirámide socialista, conviene remitirse a la pregunta que sus dirigentes actuales se hacen cuando se trata de identificar al adversario: ¿Es Podemos o es el PP? La respuesta se orienta abrumadoramente hacia el PP, no hacia Podemos. Pero eso es difícil de casar con la presunta toxicidad de Ahora Madrid, candidatura finalmente apoyada por los socialistas en el Ayuntamiento: la alternativa de no apoyar a Carmena era apoyar a Aguirre, por respeto a las urnas. Puestos a elegir entre una y otra, está clara la preferencia..

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