Cayetano González – La dura realidad


MADRID, 15 (OTR/PRESS)

Cuentan las crónicas que Mariano Rajoy estuvo siguiendo el pasado sábado desde la Moncloa el proceso de constitución de los más de 8.000 Ayuntamientos en toda España, y que en términos coloquiales acabó para el PP como «el rosario de la aurora,» al perder una gran parte del poder municipal que había conseguido en las elecciones de hace cuatro años.
Al día siguiente de las elecciones del 24-M, Rajoy afirmó en una rueda de prensa que el PP había ganado las elecciones ya que había sido el partido más votado. De sobra sabía el Presidente del Gobierno que esa era una valoración tramposa, porque al no tener la mayoría absoluta en muchos lugares, lo lógico es que sucediera lo que al final ha sucedido: los pactos de los partidos de izquierda -PSOE, Podemos y lo poco que queda de IU- han desalojado al PP de muchos Ayuntamientos y en las próximas semanas sucederá lo mismo en varias Comunidades Autónomas.
El pasado sábado Rajoy tuvo delante de sí la dura realidad del pésimo resultado electoral que el PP obtuvo el 24-M. Solamente ha conseguido conservar la Alcaldía en dos capitales de provincia importantes, Málaga y Murcia, y a cambio la ha perdido en ciudades como Madrid, Valencia, Sevilla, Vitoria, La Coruña, Santiago de Compostela, Oviedo, Valladolid, Alicante o Palma de Mallorca. En cuanto a Comunidades Autónomas, en las próximas semanas el PP verá como los pactos del PSOE con Podemos le arrebatarán Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón, Baleares o Valencia, en esta última Comunidad gracias también al apoyo de Compromís.
El resultado del 24-M y, sobre todo, los pactos a los que han llegado los partidos de la izquierda para desalojar al PP del poder no son más que un preludio de lo que puede pasar en y tras las próximas elecciones generales. Si después de lo visto en estas semanas, Rajoy tiene alguna duda que salvo que el PP se acerque mucho a la mayoría absoluta en esas elecciones generales, sus posibilidades de formar gobierno serán casi nulas, es que está muy ciego. Al Presidente del Gobierno y del PP le queda muy poco tiempo para reaccionar e intentar dar la vuelta a una situación que pinta muy mal para los populares. Se anuncian cambios en el ejecutivo y en el PP en los próximos días que, al final, conociendo a Rajoy, no serán ni tantos ni tan importantes. El único cambio relevante sería que el propio Rajoy diera un paso atrás y dejara paso a otro candidato de su partido a la Presidencia del Gobierno en la confianza que eso sirviera, lo cual tampoco es seguro, para recuperar a una parte importante del electorado popular que se ha ido a otras siglas o que se ha quedado en casa. Pero no parece que Rajoy esté muy por la labor. A quien ganó hace cuatro años por mayoría absoluta le resulta muy difícil de aceptar lo que está pasando y la responsabilidad que tiene en ello.

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