MADRID, 16 (OTR/PRESS)
Me da rabia, sí, me da rabia que la andadura de Manuel Carmena al frente del ayuntamiento de Madrid haya comenzado con mal pie. De repente muchos ciudadanos nos hemos preguntado: «¿pero qué gente ha ido en la lista de Manuela?». Porque sin duda muchos miles de ciudadanos han depositado su voto porque la candidatura de Ahora Madrid la encabezaba ella y eso era garantía suficiente para dar por hecho que quienes la acompañaban tenían sus mismos valores. Y que precisamente por eso el PSOE no tenía otra opción que darle su apoyo para convertirla en alcaldesa. No sé si Manuela Carmena conocía a quienes la acompañan en la lista pero ahora ya sabemos que el portavoz socialista Antonio Miguel Carmona no les conocía. Así que de repente nos hemos despertado del sueño encontrándonos con que en la lista de Manuel Carmena hay personajes cuyos comentarios en twitter son miserables sin paliativos.
Y no, no basta con que Guillermo Zapata no sea concejal de cultura. Si Manuel Carmena quiere de verdad dar ejemplo y que sigamos creyendo que el cambio llega con ella, Zapata debería de entregar su acta de concejal e irse a su casa.
Tampoco comprendo por qué la alcaldesa no ha tomado ninguna medida respecto al concejal Pablo Soto, responsable de movilización ciudadana, y que tiene en su haber un twitter en el que dice que hay que torturar y matar a Alberto Ruíz Gallardon o empalar a Toni Canto. Hay frases y asuntos que no se pueden banalizar.
Pero ya sabemos por qué Manuel Carmena no ha hecho nada. Los dirigentes de Podemos han salido con toda la artilleria a defender a Zapata diciendo que para malos los del PP y los de la casta. Hombre sí, pues precisamente por eso los ciudadanos hemos votado el cambio y por tanto no caben excusas ni mucho menos el consabido «y tú más» que es lo que vienen a decir los dirigentes de Podemos: lo de Zapata no está bien pero al lado de lo que han hecho los del PP y la casta es «pecata minuta». Este argumento no es de recibo es típico de la «casta».
No sé si nos vamos a seguir llevando sorpresas en Madrid o en otros lugares de España, pero si fuera así, los responsables de estas candidaturas del cambio, estarán frustrando la esperanza de millones de ciudadanos que creíamos que comenzaba una etapa distinta en la política española donde no cabrían determinadas actitudes ni actuaciones políticas y sobre todo que si cometían errores los reconocerían haciendo además mutis por el foro en vez de agarrarse al sillón.
Tampoco es de recibo que la alcaldesa no haya dado la cara ante una crisis como la que se ha vivido el primer día de su mandato al frente de Madrid. Y tampoco lo es que el PSOE tenga palabras gruesas contra Zapata pero sin ir más allá amen de hacerse los distraídos con Soto.
No es esto, no es esto, lo que esperábamos los ciudadanos.
