Fermín Bocos – Otra vez la pinza.


MADRID, 19 (OTR/PRESS)

Esperanza Aguirre que se está despidiendo de la política tiene dicho que el principal error que cometió durante la campaña electoral fue centrar su discurso y diatribas en Manuela Carmena, la candidata de Ahora Madrid, una marca de Podemos. Al convertir en su único enemigo a quien era una más entre sus rivales en la lucha por la alcaldía de la capital la transformó en protagonista. El error de cálculo de Aguirre ensanchó la figura de Carmena. El resultado es conocido. Aguirre está en la oposición y hay serias dudas acerca de su futuro político mientras que Manuela es la alcaldesa de Madrid. Falló la estrategia del miedo a Podemos. Falló, pero está visto que en el PP no han tomado nota del error. Desde luego no lo han hecho en el sanedrín que dirige el partido a juzgar por alguna de las últimas intervenciones de sus cabezas más visibles. Desde Mariano Rajoy a Sáenz de Santamaría (Gobierno), pasando por Cospedal o incluso la recién encumbrada Andrea Levi (partido), raro es el día en el que no señalan a Pablo Iglesias como su principal antagonista. O el PP o Podemos, vienen a decir, con la intención de ningunear a Pedro Sánchez, líder del PSOE que en razón de los últimos resultados electorales es el competidor de Rajoy mejor situado. Un millón por debajo del PP en votos y más de cuatro por encima de Podemos.
Por otras razones, en esa estrategia de ninguneo al PSOE también coincide el líder de Podemos. Está crecido. Y es normal que así sea visto que su partido en menos de una año ha dejado de ser una aventura para convertirse en un todo un edificio político con cargos electos y poder. Desde esa perspectiva, Iglesias no se corta un pelo al admitir que su objetivo es la Presidencia del Gobierno. Para tan señalado viaje, se proclama heredero de la socialdemocracia, idea que según dice, hace tiempo que abandono el Partido Socialista al que sitúa como cómplice de los poderes económicos que tendrían secuestrada la democracia en España. Por caminos diferentes, PP y Podemos confluyen en el mismo objetivo: hundir al PSOE. Reverbera el eco de Julio Anguita y su famosa «pinza». La Historia, como bien sabía Karl Marx (18 Brumario), se repite. La duda es si esta vez toca tragedia o toca farsa.

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