El Abanico – La soledad invalida


MADRID, 6 (OTR/PRESS)

El informe «La soledad en España» realizado por la Fundación AXA y la Fundación Once, es muy interesante porque pone sobre el tapete el aumento de uno de los grandes males de las sociedades modernas: la soledad vista desde diferentes ángulos, ya que no es igual vivir solo que vivir aislado, así por ejemplo un 59% esta solo o sola por voluntad propia, mientras que un 41% se ve obligado/a vivir sola. Los motivos son varios, pero hay uno que va unido al aumento de la esperanza de vida. Al vivir más años lo lógico es que vayan desapareciendo esas personas que formaban su núcleo familiar: marido, amigos, familiares, incluso hijos. Ante esta situación los hay que por voluntad propia deciden ingresar en una residencia, lo que les aporta compañía, atención médica, actividades, un mundo que no le es ajeno porque todos los que están ahí padecen sus mismos problemas pero también comparten ilusiones renovadas.
Hay otro grupo que por falta de medios económicos e incluso porque están atados sentimentalmente a su casa, a sus cosas, a lo que ha sido su vida, no se sienten con fuerzas para emprender una nueva, y deciden quedarse a vivir en su domicilio de siempre. Una decisión que está bien, siempre y cuando tengas hijos o gente que te ayude y vigile llegado te flaquean las fuerzas o la salud. Para quién tiene medios económicos el problema es encontrar la persona responsable que te cuide y te haga compañía. Una búsqueda que no siempre es fácil, entre otras razones porque congeniar con una o un desconocido no siempre es posible. De ahí la necesidad de que alguien se encargue de controlar a ambas partes para que evitar abusos.
Los problemas de soledad y de todo tipo se agravan cuando padecen alguna enfermedad y no tienen medios para irse a una residencia o contratar a alguien que le haga la compra, les asee, o les saquen a pasear. Ese 23% con discapacidad son los que con más crudeza sienten la soledad.
Otro punto sobre el que hace especial hincapié el informe son los nuevos modelos de familia: los monoparentales (son aquellas que están formadas por un solo miembro bien sea varón u hembra), o los singles, que son los que han decidido vivir solos. Estos generalmente tienen un alto nivel adquisitivo, amigos, actividades diversas, lo que no impide que se puedan sentir solos en algún periodo de su vida, por más que dominen la tecnología y se pasen horas frente al ordenador.
Hay familias que debido a la crisis de los últimos años se ven condenadas por motivos económicos a vivir con un marido, una hermana, o un hijo con el que apenas se hablan. Conozco casos de hijos maduros que han vuelto al hogar materno después de un fracaso matrimonial, u obligados por el paro, algunos de ellos enfadados con el mundo y otros amargados al ver que pasa el tiempo y siguen teniendo que depender de sus mayores. Situaciones todas que les llevan a la depresión, y también a una soledad no deseada.
Que la soledad afecte a más de cuatro millones de personas, la mayoría mujeres, en nuestro país, nos debería hacer recapacitar sobre la sociedad que estamos construyendo, pero también si no sería bueno que se nos educara de manera que al llegar a la edad adulta tuviéramos previsto cómo enfocar esa nueva etapa de nuestra vida.

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