Fermín Bocos – La guerra será larga


MADRID, 10 (OTR/PRESS)

El ISIS, el autodenominado Estado islámico, no sólo es un ejército que agrupa a cuadros del disuelto Ejército de Sadam Hussein junto a mercenarios internacionales y a estudiantes fanáticos salidos de las escuelas coránicas financiadas por opacas fundaciones filantrópicas subvencionadas desde Riad o algunos de los Emiratos Arabes. Es, sobre todo, una mentalidad. Una idea obsesiva contraria a cuanto significa Occidente y los valores que sustentan los sistemas democráticos: el Estado laico, la tolerancia, el respeto a la persona, la igualdad entre hombres y mujeres. Combaten en el Norte de Iraq, en Siria, en la región de Sirte en Libia, en territorios transfronterizos en el Sahel o en Nigeria y exportan el terrorismo a Europa: atentados en Francia y amenazas en Bélgica, Gran Bretaña y Alemania.
Buscan la gran rentabilidad mediática de masacres ejecutadas con extrema frialdad. Unos pocos pueden sembrar el terror y el caos. «Lobos solitarios», les llaman los policías desorientados ante su peligrosidad y evidente capacidad para permanecer en las sombras hasta atacar y sembrar el terror. 130 muertos el 13 de Noviembre en París en varios atentados perpetrados de manera coordinada. Odian cuanto resume y atesora nuestro mundo de libertades, pero no dudan en aprovecharse de ellas. Por ejemplo de la libre circulación. Sin la libre circulación que apareja el espacio Schengen, el principal sospechoso de la matanza de la sala Bataclan (París) no habría podido urdir el minucioso plan para atentar contra los jóvenes que disfrutaban bailando y bebiendo en una larga noche de viernes.
Todo cuanto resume nuestro mundo está en su punto de mira, pero lo que más les irrita, lo que les saca de sus casillas, es la igualdad entre hombres y mujeres. Conquista consagrada por las leyes. No lo soportan. Su mentalidad machista y reaccionaria es la que les ha llevado a atentar reiteradamente en Túnez, el país de cultura musulmana más secularizado y en el que las mujeres desempeñan profesiones civiles de relieve. Fueron ellas quienes iniciaron la revuelta que conocemos como la «Primavera árabe» y que culminó con la caída de la dictadura de Ben Alí. Hay que perseverar en la lucha contra estos fanáticos y quienes les financian o permiten que se financien mediante la exportación de petróleo, el cobro de impuestos o la exportación de obras de arte expoliadas, pero hemos de hacernos a la idea de que la guerra, porque de eso se trata: será larga. Muy larga, porque son muchos los intereses cruzados que están en juego.

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