MADRID, 25 (OTR/PRESS)
El complicado sudoku político que nos dejaron las urnas del pasado domingo está generando mucha ansiedad en las cúpulas de los partidos políticos. Sobre todo en el caso del PSOE. Todo indica que Mariano Rajoy no logrará la investidura ni en primera ni en segunda vuelta visto que los socialistas van a votar en contra y que con la abstención de Ciudadanos no es suficiente.
Ante ese escenario todas las miradas se vuelven hacia Pedro Sánchez. Miradas y presiones. De los barones de su partido –sobre todo de la gran baronesa andaluza– y desde algunas de las instancias clásicas de poder que operan en España. La misma aritmética parlamentaria que apenas deja al PP otro margen de maniobra que la abstención de Ciudadanos, reparte juego en el caso del PSOE.
Si llegara a pactar con Podemos y a ese pacto se unieran los partidos periféricos separatistas y los antisistema, Pedro Sánchez podría ser el próximo inquilino de La Moncloa. Obvio es decir que dada la provocadora condición exigida por Pablo Iglesias –convocar un referéndum de autodeterminación en Cataluña– el desgaste que semejante pacto acarrearía para el Partido Socialista sería enorme. Por eso se han disparado las alarmas en el partido.
La voz más rotunda ha sido la de la presidenta andaluza Susana Díaz. Nada de aventurerismo. Nada de acuerdos con partidos (Podemos) que no ocultan que su objetivo es fagocitar al PSOE. También otros barones, caso de Javier Fernández (Asturias) o Fernández Vara (Extremadura) han hecho saber su opinión al respecto. Todos le han recordado a Sánchez que es el Comité Federal quien marca del rumbo del partido.
La prevención hacia Podemos está más que justificada. Esta organización se presenta como la genuina voz de la izquierda y les roba apoyos. Sobre todo entre los jóvenes. Pero al mismo tiempo es la que tiene la llave para facilitar el acceso de Pedro Sánchez a la Moncloa. Sánchez está pidiendo calma pero sus compañeros no le van a dejar en paz hasta que quede claro que no va a dar paso que pueda ser un camino de perdición para el PSOE.
Joaquín Almunia pactó con IU y perdió las elecciones. Si Sánchez pacta con Podemos lo que se puede llevar por delante es al propio partido. Veremos qué pasa el lunes en el Comité Federal. Puede ser demasiado para Sánchez.
