MADRID, 13 (OTR/PRESS)
Francisco Javier López Alvarez, más conocido como Patxi López, quien fuera Secretario General del Partido Socialista de Euskadi y Lehendakari del Gobierno vasco, fue elegido ayer para ocupar la tercera magistratura del Estado, la presidencia del Congreso de Diputados.
Es, a todas luces, un hombre de acuerdo y de consenso. Lo demostró notablemente en el ejercicio de su lehendakariza, conseguida con el apoyo del Partido Popular. Su labor, como presidente del Gobierno Vasco, culminó con el final del terrorismo; de ahí su el sobrenombre que se gano de «lehendakari de la paz». No solamente supo dialogar discretamente con todas las fuerzas políticas de Euskadi para lograr que ETA dejara las armas, si no que realizó una buena gestión económica cuando la crisis ya enseñaba sus garras. Ni una vez el PNV ha tenido que apelar a la «herencia recibida».
Como imagen del día, en las portadas de muchos medios, el protagonismo será sin duda para su contrincante de Podemos, Carolina Bescansa, que ayer acudió al hemiciclo con su bebé en brazos. Si lo que pretendía era reivindicar la conciliación entre la vida laboral y familiar, el gesto está muy bien. Pero qué duda cabe de que la formación de Pablo Iglesias utiliza la propaganda (y la de ayer fue una foto muy publicitaria) con ahinco y con eficacia. Las redes sociales se llenaron de mensajes calificando el hecho de «postureo» y recordando que en el Congreso hay una magnifica guardería, gratis, para los hijos de los diputados. ¡Ya querrían todas las mujeres contar con ese servicio en su centro de trabajo!
El Partido Popular vendió como «generosidad» lo que no fue más que pura estrategia. Su candidato nunca hubiera obtenido los votos necesarios y era más humillante presentar un nombre y perder. Así pareció que daban un primer paso en esa oferta de diálogo a PSOE y Ciudadanos para lograr un Gobierno presidido por Mariano Rajoy.
Los que preconizan que este virtual acuerdo a tres puede ser el preámbulo de un acuerdo de Gobierno están quemando etapas demasiado rápido. Pedro Sánchez quiere, y los «barones» le autorizan, intentar un pacto de progreso con Podemos para que no se pueda culpar a los socialistas de ser los responsables de una repetición de elecciones.
La pelota, pues, está en el alero de Podemos. Esta formación que veía la repetición de elecciones como una oportunidad de fagocitar al PSOE puede tener, tras la negativa del resto de partidos en el Congreso a permitirle la división en cuatro grupos parlamentarios, la negativa de las» Mareas» a reproducir las coaliciones bajo el paraguas «morado». También la pérdida de votos en el resto de España por anteponer la celebración de referendos a las demandas sociales.
Puesto que las dificultades para lograr un pacto de gobierno siguen tan vigentes como el día después de las elecciones del 20 de diciembre, no es descartable que la solemne sesión de ayer en el Congreso la tengamos que vivir de nuevo de aquí a unos meses y tras una nueva cita con las urnas.
