Escaño Cero – La mezquita


MADRID, 15 (OTR/PRESS)

Otra vez la Mezquita de Córdoba está envuelta en una polémica a mi juicio tan absurda como estéril. Verán, he leído con atención el informe del secretario del ayuntamiento de Córdoba, Valeriano Lavela, a propósito de quién debe de ser titular de la Mezquita. La conclusión del señor Lavela es que la Mezquita es de todos, que es una manera de decir que no puede permanecer en manos de la Iglesia.
La polémica en torno a la Mezquita no es nueva. O mejor dicho, si es relativamente nueva, porque no hace tantos años que una asociación laica o mejor dicho anticlerical puso en marcha la campaña para que la Mezquita deje de formar parte de las propiedades de la Iglesia.
Vaya por delante que me parece irrenunciable la separación de Iglesia y Estado porque es una de las bases de los Estados modernos. El Estado debe de velar por la libertad de culto y la Iglesias, o los representantes de las religiones, las que sean, no pueden pretender imponer sus preceptos a la sociedad.
Dejando sentado este principio me voy a permitir defender que la Iglesia Católica pueda ser titular de la Mezquita de Córdoba aunque eso sí, al ser un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, las autoridades públicas deben de ser también garantes de su conservación y procurar, de acuerdo con la Iglesia, que a este monumento tengan acceso todas las personas que deseen visitarlo.
Lo que cada día llevo peor es el anticlericalismo rampante del que hacen gala algunos dirigentes políticos.
La Historia de Occidente, la Historia de nuestra civilización, lo que somos, los valores que tenemos, nuestra cultura, todo eso, tiene que ver con la herencia judeocristiana por más que les moleste a quienes pretenden hacer ingeniería social.
Y es que no nos engañemos, los que defienden expropiar la titularidad de la Mezquita a la Iglesias no esconden su anticlericalismo enconado. Es más, no les molestaría que en la Mezquita pudiera haber culto musulmán.
En el siglo VI donde hoy se asienta la mezquita estuvo la basílica de San Vicente, posteriormente fue convertida en mezquita, y cuando Fernando III conquistó Córdoba la convirtió en catedral. Eso fue en 1230… o sea que desde entonces ha estado bajo la batuta de la Iglesia.
La Mezquita es una mezcla del arte omeya con el renacentista y barroco. Pero todo esto lo saben bien los que se han lanzado a la «cruzada» de secularizar la catedral de Córdoba, y quienes lo defienden lo hacen más por inquina contra la Iglesia que por motivos realmente solventes.
De manera que el informe del secretario del ayuntamiento de Córdoba el señor Lavela no tiene más argumento que el de que la Mezquita es un monumento que debe de ser de todos. Me recuerda a aquella frase que el entonces presidente Zapatero dijo en la cumbre del clima de Copenhague: «La tierra no es de nadie, es del viento» y el tío se quedo tan ancho.
La Mezquita es Patrimonio de la Humanidad y es uno de los monumentos más importantes que tenemos en España. Como tal debe de ser cuidada y protegida por la Iglesias en colaboración con los poderes públicos.
Lo que no podrá negar el señor Lavela es que hasta ahora millones de personas han podido visitar la Mezquita sin ninguna restricción, de manera que no hay motivo alguno para expropiar su propiedad a la Iglesia salvo por fastidiar y hacer alarde de un laicismo mal entendido porque en vez de laicismo es anticlericalismo rancio.¡Que hartura!

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