Escaño cero – El bueno y el malo.


MADRID, 27 (OTR/PRESS)

Desde el PSOE se empeñan en que Pablo Iglesias es el «malo» de la película, el causante de que no haya habido pacto de gobierno, mientras que a Iñigo Errejón le dan el papel de «bueno» porque dicen, era propicio al acuerdo.
Desconozco los entresijos y las personalidades de los líderes de Podemos para saber si ese reparto de papeles se corresponde con la realidad. En todo caso es un «clásico» de la política española que en los partidos políticos haya un dirigente que hace un papel y otro el contrario, o al menos así nos lo parece a los demás.
Por ejemplo, a Adolfo Suárez le correspondió el papel de «bueno» mientras que Fernando Abril Martorell, que era el que bregaba con el día a día de la política, asumió el papel antipático.
Con Felipe González y Alfonso Guerra pasó otro tanto de lo mismo. Incluso con Aznar y Rato. El entonces presidente Aznar no se desprendía del gesto agrio mientras que Rodrigo Rato, al que todos consideraban el heredero, era el simpático del dúo.
Pero ya digo que yo no estoy segura que lo que parece sea la realidad. Es más una cuestión de talante que de verdad haya profundas diferencias ideológicas entre los miembros de un mismo partido. No digo que no haya matices a la hora de analizar la realidad o de enfocar estrategias, pero en lo fundamental están de acuerdo.
Eso sí, el achacar a Iglesias el papel de «malo» y a Errejón el papel de «bueno» se intenta sembrar cizaña y desde luego coloca a Errejón en un papel incómodo sobre todo después de que su amigo Pablo diera un golpe de timón dejando claro que la única voz de mando es la suya.
Podemos es una organización compleja que se ha creado de aluvión y cuyos dirigentes son en gran medida una incógnita aunque en estos meses nos hayamos ido haciendo una idea de cómo son, más por lo que callan que por lo que dicen.
No sé si a Iñigo Errejón le gusta el papel de «bueno», quizá no porque a la postre sabe que eso le llevara a que el «malo» termine viéndole como un inconveniente y ya se sabe lo expeditivo que es Iglesias cuando algo o alguien le sobra en el camino.
Ahora que las elecciones son irremediables y que por tanto las maquinarias de los partidos se pondrán en marcha para afrontar el proceso electoral, veremos qué papel le reserva Iglesias a Errejón, si ha empezado el principio del fin del «bueno» o si por el contrario sigue como segundo de a bordo de Podemos.

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