Fermín Bocos – La receta del gobernador


MADRID, 6 (OTR/PRESS)

Hay personas públicas que no miden el alcance de sus palabras. O que llevados de una aguda insensibilidad social son incapaces de medir lo que tienen de provocación; incluso de origen de agravios que fermentan en clave política de resentimiento. El último en vibrar en ése o parecido registro es Luis María Linde, gobernador del Banco de España. Sobrado de tiempo, Linde aporta recetas para «facilitar» la recuperación económica. Según él, para lograr un crecimiento sostenido del empleo habría que dar más facilidades a las empresas para que «bajen los salarios» permitiendo corregir el desincentivo de la contratación indefinida frente a la temporal que se traduce en un mayor coste del despido. Linde aboga por una nueva reforma laboral que reduzca lo que define como «excesiva protección» a los trabajadores indefinidos. Hoy en día es una realidad comúnmente admitida que la crisis, el paro y la política fiscal del Gobierno Rajoy han laminado la clase media española. Por no hablar de las clases bajas. Los «mileuristas» han dejando de serlo y el grueso de los afortunados que conservan el empleo se han quedado con salarios medios que rondan los seiscientos euros mensuales. Hasta eso le parece mucho al ciudadano Linde. Claro que a él la crisis no le afecta. La percibe como una noticia más de las que publican los periódicos. Al igual que otros altos funcionarios del Estado, viven en su torre de marfil cobrando grandes sueldos y sabiendo que les aguardan copiosas indemnizaciones cuando les llega el relevo. Sabemos por el Tribunal de Cuentas lo que cobró Miguel Angel Fernández Ordóñez el anterior gobernador del Banco de España. Se fue con 348.751 euros y el jefe jurídico del banco, José Antonio Alepuz, otros 322.961 euros. En total, se repartieron 671.712 euros. Fue en 2012,el año de la intervención de Bankia y de otras cajas de ahorros y el de la petición de rescate bancario a la Unión Europea. Linde sabe que cuando le llegue la hora del relevo, no tendrá problemas económicos. Siendo así que tienen la vida resuelta, habría que preguntarse de dónde procede la frialdad con la que algunos condenan a los demás a la precariedad.
No es de ahora, viene de lejos. Tan de lejos como que Adam Smith, el padre del liberalismo económico, en «La Riqueza de las naciones»(1776) ya alertaba acerca de la existencia de personajes que se creen merecedores de lo que niegan a los demás. «Todo para nosotros y nada para los demás, parece haber sido la ruin máxima de los amos de la Humanidad en las diversas épocas de la Historia». Pues en esas manos estamos.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído