Cayetano González – Los indecisos


MADRID, 13 (OTR/PRESS)

Si la macroencuesta -17.500 entrevistas- del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hecha pública la pasada semana no se equivoca, el número de personas indecisas sobre lo que votarán el próximo 26 de junio ronda en torno al 30% del censo electoral. Una cifra muy elevada y que a tenor de la papeleta que al final decidan introducir en la urna esos indecisos podría hacer variar de forma sustancial el resultado electoral. Por eso, el debate televisivo entre los cuatro principales candidatos a la Presidencia del Gobierno celebrado en la noche del lunes tenía una especial relevancia a la hora de movilizar primero y decantar después el voto de los citados indecisos.
Porque el resto de la campaña electoral está pasando, gracias a Dios se podría decir, sin pena ni gloria. Mejor así, porque los ciudadanos no están a estas alturas del partido para que les den mucho la lata con mensajes y proclamas políticas muy conocidas por repetidas. Tras más de seis meses de campaña electoral continua, lo mejor que puede suceder es que el 26-J llegue cuanto antes, que los ciudadanos que quieran vuelvan a votar lo que les parezca oportuno y, eso sí, que los partidos y sus diferentes líderes no vuelvan a cometer la irresponsabilidad de anteponer sus intereses particulares a los del País. Es decir, que negocien, que pacten, que se pongan de acuerdo y que España tenga un gobierno estable cuanto antes.
Decía antes que el debate televisivo a cuatro de este lunes habrá servido para que no sé cuántos de ese 30% de indecisos haya abandonado ese estado y haya decidido ya su voto. No debería ser ese debate el único factor que decantara a quienes todavía dudan sobre a quién votar. En buena lógica debería también ayudar a decidirse el pensar quien o quienes en este periodo transcurrido desde las elecciones generales del pasado 20 de diciembre han hecho más esfuerzos para que hubiese sido posible formar un gobierno allá por el mes de marzo y haber evitado de esa forma la repetición de elecciones. O dicho de otra manera, pensar en quienes fueron los que pusieron más palos en las ruedas para que ese gobierno no fuera posible. Los ciudadanos tienen suficiente información para saber que partidos y/o líderes se sitúan en el primer bando y quienes en el segundo.
Porque el que nos veamos abocados a votar por segunda vez en seis meses no es una especie de maldición del destino, sino más bien el fruto lógico de la incapacidad de unos y de los intereses partidistas de otros. Por eso no es de extrañar que la cifra de indecisos a día de hoy sea tan alta y tampoco habría que descartar que algunos de esos indecisos opten, al final, por quedarse en casa. Nadie se lo debería reprochar y menos que nadie, quienes han sido los causantes de esta situación.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído